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Hay historias que no se pueden contar en dos horas. Es decir, no sirven para ser películas, por su complejidad, por su profundidad o por la cantidad de personajes que intervienen. Y se convierten en series que consiguen un gran éxito.
Tal vez, por la necesidad que tenía el público de este tipo de historias largas, que hagan compañía durante tiempo y que sirvan para tenerle cariño a unas personas que, aunque no existan, entran en las casas prácticamente todos los días.
Recordamos cuando, hace unos años, todos estábamos enganchados a una serie de Netflix que causó sensación: Stranger Things.
Su primera temporada arrasó a nivel internacional, ya que dio en la clave de lo que muchos estábamos deseando: aventuras, emoción, un poco de terror, personajes entrañables y, sobre todo, apelación a los años 80.
El recuerdo de Dark
Y también recordamos cuando, entre los más seriéfilos, comenzó a circular la recomendación de una serie que, con algunas similitudes, podía servir para suplir un poco su ausencia durante los meses de descanso: Dark.
Era una serie alemana, también con reminiscencias juveniles, aventureras y terroríficas. Pero, sobre todo, con un guión mucho más oscuro y complejo, que requería más atención por parte del espectador, pero que igualmente provocaba una adicción fascinante.
Temporada tras temporada, Dark fue aumentando su legión de seguidores, cada vez más fieles e implicados, hasta que finalizó. Y, ahora, dos años después, nos llega la nueva serie de sus creadores: 1899.
… y ahora, 1899
1899 nos presenta a un grupo de inmigrantes europeos que viajan en un barco con rumbo a Nueva York.
Durante su travesía, se encuentran con otro barco que se encontraba desaparecido, mismo que les hará vivir una serie de sucesos tan inesperados como misteriosos y complicados.
Siendo sinceros, tenemos que decir que, al igual que sucedió con Dark, 1899 puede no resultar adecuada para todos los públicos.
Es una serie muy exigente y para unos espectadores exigentes, que no sirve simplemente como pasatiempo en segundo plano, sino que demanda atención plena e, incluso, reflexión posterior.
Para nosotros, digámoslo así, es algo positivo, pero somos conscientes de que hay que estar en un mood concreto para disfrutarla y sacarle todo el partido.
Desafiante
Si quisiéramos definir esta producción con una sola palabra, tal vez elegiríamos “desafiante”.
Y es que 1899 se pone y nos pone el listón muy alto desde el comienzo. Empezamos por los factores argumentales y las tramas que van evolucionando y girando sorpresivamente.
Esto hasta que llega un punto en el que, como muchos recomendaban, se echa en falta el papel y el boli. No llegamos a esos extremos, pero avisamos de que el nivel es para espectadores avanzados.
Además de esto, que tiene su complejidad y requiere de un gran talento para no caer continuamente en agujeros e incoherencias, tenemos que reconocer la grandísima puesta en escena de la producción.
Prácticamente no hay plano o escena en la que no estemos metidos hasta el fondo y sintamos desde la suciedad y los olores que se proyectan hasta la propia humedad en lo más profundo de nuestros huesos.
En cuanto al reparto, para los que tengan curiosidad sobre rostros conocidos, tenemos que destacar a algunos.
Entre ellos Emily Beecham, Aneurin Barnard o Miguel Bernardeau que, aunque no gozan del estatus de grandes estrellas, ya han tenido sus trabajos destacados y son reconocidos por muchos espectadores.
No es una serie larga, por lo que puede ser adecuada para una gran sesión de disfrute continuo, como si fuera una película muy larga.
Pero también es probable que a la mayoría le apetezca verla sin prisas, paladeándola y degustándola con todos esos matices que va soltando y que, seguramente, en visionados repetidos, enriquecerán la experiencia.
https://www.youtube.com/watch?v=J8pOtl3fze8
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