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3 menores en extrema pobreza de Tibás podrán seguir estudiando gracias a donación

Tres menores de 9, 10 y 15 años y quienes viven en extrema pobreza en Tibás podrán seguir estudiando gracias…

Por Sergio Arce

Tiempo de Lectura: 2 minutos
3 menores en extrema pobreza de Tibás podrán seguir estudiando gracias a donación
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Tres menores de 9, 10 y 15 años y quienes viven en extrema pobreza en Tibás podrán seguir estudiando gracias a un donación de Monge.

Ellos son hijos de Gliny Vanessa Jarquín, quien alquila un cuarto con goteras en este populoso cantón josefino; solo contaban con 2 colchones para dormir, una refrigeradora como armario y una cocina.

A pesar de estas condiciones, doña Gliny se ha esforzado por llevar sustento a sus hijos trabajando diariamente, con su bicicleta, como repartidora de una plataforma digital.

La pandemia ha complicado más la situación de estudio de los niños, ya que no cuentan con un celular o tableta para recibir las clases. “Estoy muy preocupada porque mis hijos están perdiendo las lecciones, solo tienen de apoyo el material didáctico que brinda el colegio. Realmente esta situación me frustra mucho”, comentó días atrás Jarquín.

Otra carencia de esta familia era la falta de una mesa donde pudieran estudiar o comer. El joven de 15 años desea un futuro que le permita romper con un ciclo de pobreza familiar mediante mejores condiciones salariales.

El caso trascendió en redes sociales y Monge decidió apoyar el esfuerzo de esta madre y sus hijos por salir adelante.

“Por medio de nuestro programa de Buenas Acciones, les brindamos una tableta a cada niño para que pudieran continuar con sus estudios. Además, les entregamos dos camarotes con colchones, un microondas, una refrigeradora y un comedor para que los pequeños puedan recibir las clases y hacer las tareas.

“Sin duda, con esta donación buscamos mejorar la calidad de vida de esta familia y mantener a estos niños en el sistema educativo”, comentó Carlos Fernández, gerente de Comunicación de Monge.

La reacción de esta familia fue de gratitud y compromiso por seguir estudiando. “Tenemos una motivación, esto es para que ellos crezcan, se esfuercen y sean mejores personas. Yo les pido a mis hijos que cuando sean grandes y trabajen ayuden otras personas. Jamás me imaginé que de la noche a la mañana íbamos a tener tanto.

“Esto cambiará nuestra vida, ahora nos vamos a sentir con más dignidad y mis niños van a poder ver que sí se puede salir adelante”, finalizó doña Gliny.