Desde la Columna
Luis Carlos Fournier para El Observador
Las tarjetas de crédito ofrecen una manera conveniente de administrar nuestro dinero e incluso, utilizadas correctamente, pueden hacernos ahorrar al ofrecernos descuentos en la adquisición de productos o servicios.
Desde su introducción en Costa Rica la proliferación de tarjetas ha crecido de forma exponencial, según El Financiero citando un estudio del MEIC, en enero de 2018 existían 2.744.145 plásticos en circulación que representó un crecimiento del 107% desde 2010; para octubre de ese año ya el crecimiento era cercano al 125%.
No cabe duda de que los costarricenses hemos abrazado con entusiasmo este producto, lamentablemente, también ha generado niveles altos de endeudamiento y altos indicadores de mora; situación que ha aumentado los niveles de riesgo en los hogares, y por supuesto de estrés, al afectar el flujo de caja disponible por tener que atender saldos de deuda mayores y en ocasiones en crecimiento.
Conozco a una persona que llegó a tener ocho tarjetas de crédito de diferentes emisores y hacía anticipos de efectivo de una tarjeta para hacer el pago mínimo de otra, no es este el mejor escenario.
Recomendaciones
Primero algunos comentarios generales antes de presentarles los siguientes consejos a la hora de utilizar este producto tan útil.
Antes de aceptar una tarjeta analice muy bien los beneficios. La mayoría de las tarjetas acumulan puntos o millas y pueden ser canjeados por productos o por servicios o incluso ser aplicados a los saldos.
Adicionalmente, los descuentos que suelen ofrecer no son muy diferentes entre ellos o incluso se pueden obtener aún sin pagar con el plástico. ¿Cuántos de ustedes han llegado a algún comercio par aprovechar un descuento con la tarjeta y se han dado cuenta que con la tarjeta de cliente frecuente del comercio obtienen el mismo descuento? Considero que no es necesario tener más de dos tarjetas de crédito.
Consejos útiles
Habiendo dicho esto, los consejos:
1.
- Ante todo, establezca un límite de crédito razonable. Recuerde que en el momento que se carga algo a la tarjeta es el equivalente a decir que el emisor le ha hecho un préstamo y que habrá que pagar el monto de la compra más los intereses. Por esto, el límite de la tarjeta tiene que ser uno que podamos pagar y si el emisor nos ha aprobado un límite que consideramos alto podemos solo usar lo que consideramos prudente.
2.
- Asociado con lo anterior y en la medida de lo posible, no se debe utilizar la tarjeta para cubrir gastos recurrentes. ¿Por qué? Porque estos gastos deben ser cubiertos con el ingreso corriente; y si surge la oportunidad de hacerlo para la acumulación de puntos o millas, programe sus pagos para cancelar esa compra al 100% y no recurrir al financiamiento y al eventual pago de intereses.
3.
- Siempre lleve un control de su gasto. Es muy fácil acumular un saldo muy alto si no se le da seguimiento a las compras realizadas con la tarjeta. Revise siempre su estado de cuenta, la tecnología le permite ahora hacer esto en línea.
4.
- Pague a tiempo. Programe en su agenda la fecha de corte y de pago y pague a tiempo, esto le va a evitar cargos adicionales por pagos tardíos.
5.
- Trate de no financiarse, es decir, pague de contado; si no puede, programe sus pagos para pagar más del mínimo ya que de no hacerlo el pago de intereses incrementará y le será cada vez más difícil pagar el saldo.
Recuerde: las tarjetas de crédito no aumentan nuestro ingreso, son un mecanismo que nos permite acceder a un préstamo inmediato, y más pronto que tarde, deberemos usar nuestros ingresos para pagar lo adeudado.
Luis Carlos Fournier es Administrador de Empresas.
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