Desde la columna

Achaques y manías de las encuestas políticas

Por José Alberto Rodríguez Bolaños-Demoscopia El desarrollo de un proceso político, la toma de decisiones estratégicas, la información hacia el…

Por Desde la Columna

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Achaques y manías de las encuestas políticas
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Por José Alberto Rodríguez Bolaños-Demoscopia

El desarrollo de un proceso político, la toma de decisiones estratégicas, la información hacia el ciudadano, la capacidad de reflexión y la creatividad, todo ello y más, debe de estar fundamentado en datos.

El dato debe de orientar la definición de metas, propósitos y objetivos, la construcción de políticas y estrategias de acción, las grandes decisiones a mediano o largo plazo, pero también  las decisiones de lo cotidiano.

En periodos de procesos electorales como el que estamos iniciando, los datos cuantitativos y cualitativos surgen de diversas fuentes. Algunas con fundamento científico, otras, productos de construcciones engañosas de la realidad. Identificar esas construcciones engañosas no siempre es fácil. Las siguientes reflexiones, pueden brindar elementos de juicio, para diferenciar lo verdadero de lo engañoso.

 

  1. La encuesta es un proceso para analizar una situación utilizando una población reducida, denominada muestra, la cual debe reflejar las características del todo, o sea el universo que queremos medir. Es lo mismo que cuando nos hacemos un examen de sangre, de una muestra muy pequeña pero representativa, los resultados miden nuestro estado de salud. La muestra debe reflejar las tendencias de las variables socio demográficas del universo, pero también, las características culturales y psicográficas de la diversidad social. El dato de la muestra debe reflejar el dato del universo.

 

  1. La selección de las personas que deben responder el cuestionario debe ser rigurosa. Se debe de seguir un proceso y sus procedimientos para seleccionar a los entrevistados. La equidad en la selección es fundamental, pues los seres humanos nos diferenciamos en nuestros gustos y preferencias, inclinaciones, valores, visiones del mundo y otros, según la pertenencia a grupos o categorías sociales diferentes, generaciones u otros. Dispersar la población de estudio es fundamental.

 

  1. El marco de referencia para la selección de una muestra en procesos políticos y otros, es usualmente el censo de población. Será siempre el universo al cual debemos referirnos. El profesional en estadística, con formación en muestreo, es la persona idónea para el diseño de la muestra.

 

  1. La construcción de un cuestionario de calidad, contar con equipos de trabajo idóneos, desarrollar sistemas de control de calidad, capacitar y entrenar, procesar e interpretar la data, analizar las tendencias y las desviaciones, relacionar el dato con la realidad de la dinámica social y otros muchos procesos más, garantizan un producto de calidad.

 

  1. La encuesta se fundamenta en un tamaño de muestra, que de acuerdo a ella el margen de error, o sea, el grado de imprecisión, puede ser mayor o menor. A mayor tamaño de muestra, menor es el error; a menor tamaño de muestra, mayor es el error.  Siempre habrá un margen de error. Independientemente del tamaño de la muestra, es necesario conocer y aplicar  un conjunto de procedimientos estadísticos, seguir un patrón técnico (trátese de una encuesta telefónica o en hogares) en  la selección de cantones, distritos, barrios o localidades, en la selección de las unidades habitacionales y las persona para ser entrevistada. Todo ello es lo que garantiza que una muestra sea estadística y aleatoria. El principio de lo aleatorio significa que todas las personas del universo establecido tienen la misma probabilidad de ser seleccionadas en la muestra, eliminando criterios de juicio personal o preferencias. Cuando una empresa no brinda una ficha técnica detallada y no está en capacidad de brindar esas informaciones, cuando  construye distractores, por ejemplo, hacer alarde de  una muestra voluminosa, un  tiempo super récord de ejecución, pero omite y  no muestra lo sustantivo, debemos de dudar de la calidad del producto.

 

  1. Es usual que se afirme que la encuesta es una foto en un momento dado. Esto no es del todo cierto. Una encuesta bien realizada, no solo es una foto de un momento dado, también mide tendencias. Los seres humanos en general nos comportamos, reaccionamos, visualizamos bajo principios que nos explica la ciencia cognitiva, las personas pensamos mediante marcos aprendidos en la socialización y endoculturación de nuestras vidas. La verdad o la mentira para ser aceptada, debe de corresponder a determinados marcos. Los conceptos están posicionados en nuestro cerebro, no es algo que cambie de forma inmediata o circunstancial transitoria. En consecuencia, la encuesta mide más que un estado temporal, mide procesos manifiestos y/o latentes, mide historias de pensamiento racional y emociones, todo ello expresado en un momento dado, pero reflejando una dinámica de vida. Las mediciones y sus resultados miden tendencias que están en la sinapsis de nuestro cerebro. Claro que hay y habrá cambios, pero los mismos siguen ciertos  marcos, en relación a los patrones de pensamiento.  Si estamos en tiempos sin hechos de gran trascendencia, es improbable que un candidato que ha ganado una convención con datos significativos, pocas semanas después cae a un nivel de apoyo mínimo. Ello es inexplicable aún en los “universos paralelos”.

 

  1. En consecuencia, si analizamos los datos estadísticos de algunos estudios, sorprende que los posicionamientos de los candidatos en la aparente percepción de los ciudadanos son erráticos, de una medición a otra varían al igual que el tipo de cambio en época de hiper inflación. Construyen una “montaña rusa” de simpatías y apoyos, como si los ciudadanos electores tuviesen una absoluta disonancia perceptiva, esquizofrenia colectiva. Realidad construida, pues es cierto en sus datos, pero falso en la realidad.

 

  1. Un estudio que versa sobre temas políticos, que incide en la percepción del ciudadano y que en algún grado influirá en su intención de voto, o simplemente en conocer la verdad de las inclinaciones de diferentes segmentos de la sociedad hacia candidatos y partidos, es una gran responsabilidad empresarial, en donde lo técnico/metodológico, la objetividad científica, están en paridad con la ética de la investigación. Esta conjugación de factores pareciera que algunos no lo aplican, trabajan con estándares de baja calidad y tienden a confundir al lector.   Los estudios de calidad marcan tendencias objetivas, no recurren al histrionismo del dato.

 

  1. La consistencia en los productos ofrecidos y la calidad de la marca, son aspectos que generan un fundamento de credibilidad. Ninguna empresa, marca o producto está exenta de incurrir en equivocaciones, es algo que sucede. No obstante, la frecuencia del error y las circunstancias son elementos que se pueden traducir en confianza o desconfianza en lo que respecta a la fortaleza de la marca, en su objetividad o su tendencia a la  equivocación.

 

  1. Es frecuente, en las encuestas políticas, la presencia de preguntas de intencionalidad. No es lo mismo preguntar si usted tiene teléfono celular, o preguntar, si asistirá  a votar en la convención de determinado partido. La primera pregunta induce a una repuesta concreta, la segunda pregunta es sobre una intencionalidad, la cual no se debe se le debe de  interpretar  como un hecho concreto. Entre la respuesta a la intencionalidad al hecho real, hay una diferencia. Puedo tener el interés o la intención, pero al final no lo ejecuto, fenómeno muy normal. La encuesta mide intenciones, hechos concretos, emociones, expectativas. El dato de la intencionalidad es frágil.

 

Ningún dato de una encuesta puede ser proyectado a la población total, aplicando una simplista regla de tres. Hay procedimientos especializados en estadística para hacerlo. Lo que hemos visto recientemente en un sitio de noticias en asocio con una agrupación que hace encuestas, es la máxima expresión de la ignorancia en estadística, con una alta dosis de crear “efectos perversos”. Como señalé anteriormente, nuestra misión es educar, contribuir a la reflexión, informar. La competencia con ética nos enaltece, la competencia del juego sucio es despreciable.

El dato debe guiar muchas decisiones, saber leer los datos es muy conveniente. Diferenciar el dato correcto del incorrecto es fundamental.