Christine Jenkins Tanzi
El Banco Central (BCCR) dejará de producir monedas de cinco colones a partir del 1 de enero de 2020. Poco a poco, los ciudadanos se despedirán de la pieza más pequeña, debido al costo de fabricación, su poco uso y baja recirculación.
Sin embargo quedarán 715 millones de piezas en circulación en la economía, que seguirán funcionando como medio de pago, según informó hoy el Banco Central.
El cambio se informó formalmente meses atrás a las entidades que regulan tarifas como los pasajes de bus o precios en las ferias del agricultor. Se comunicó para que la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) y el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) tomen las medidas correspondientes.
Fabricar cada moneda de ¢5 tiene un costo de ¢7,10, es decir genera una pérdida nominal para el Banco Central. El déficit no se subsana, a pesar de que llevan 15 años de producirse en aluminio, el metal más barato que ofrece la industria mundial de fabricación de monedas.
Además estas monedas tienen una baja recirculación, de acuerdo con la autoridad monetaria. Se han puesto a circular un promedio de 143 monedas de ¢5 por cada ciudadano, pero aún así distintos sectores alegan dificultades para abastecerse.
Poca vida útil
La vida útil de las monedas de baja denominación también es muy reducida en otros países. Otros bancos centrales han estimado que las piezas de bajo valor se usan solamente dos veces en promedio, después de lo cual ni recirculan ni se depositan en la banca comercial.
“Aun si fueran de bajo costo para el Banco Central, la operación y logística asociada a la moneda de ¢5 es muy cara para el país. Por eso los esfuerzos del Banco se orientan más bien a ofrecer a la sociedad medios de pago electrónicos sustitutivos del dinero en efectivo, que sean trazables, seguros y eficientes”, explicó la institución en un comunicado.
También se tomó en consideración que su gestión representa altos costos para sectores como la banca, el comercio, el trasporte público, los peajes y muchos otros.
“Trasladar las monedas, custodiarlas, asegurarlas, procesarlas y distribuirlas en distintas regiones del país, significa altos costos y riesgos operativos”, explicó el Banco Central.
La decisión es parte del Transitorio II del Reglamento del Sistema de Pagos, aprobado el 2 de mayo del 2018 por la Junta Directiva de la entidad.
Christine Jenkins Tanzi
