La dermatitis atópica es una enfermedad crónica de la piel, conocida como la forma más común de eccema, que causa mucha picazón e hinchazón. Esta inflamación se da por una respuesta excesiva del sistema inmunológico causando erupciones cutáneas y brotes.
En un contexto de pandemia, esta enfermedad se vuelve un verdadero reto para los pacientes, ya que el uso constante de alcohol en gel y el lavado frecuente de manos, pueden empeorar severamente su condición.
“La frecuencia y el uso de algunos jabones, desinfectantes o geles con alcohol pueden activar el círculo del rascado como respuesta a la picazón lo que empeora los signos y síntomas en la piel provocando más inflamación. Las lesiones son sólo un signo visible de lo que sucede en las capas mucho más profundas de la piel”, explicó el doctor Luis Sarmiento, gerente médico de Sanofi.
Para cuidar la piel contra esta enfermedad se recomienda limitar la ducha a una vez al día con agua tibia, y al secarse no frotar la piel con el paño. En pacientes con áreas afectadas muy extensas, es preferible no utilizar baños de inmersión.
Los especialistas aconsejan aplicar un aceite esencial o crema hidratante, como vaselina líquida o aceite de vaselina. Mantener la piel hidratada es vital para disminuir la picazón y la inflamación. Otras recomendaciones son:
- usar la menor cantidad posible de jabón en zonas imprescindibles; para el resto del cuerpo usar exclusivamente agua
- en las áreas donde sea necesario, utilizar jabones neutros para piel seca o delicada, preferiblemente sin olor
- mantener las uñas cortas y limpias para evitar infecciones microbianas por el rascado
- usar guantes al estar en contacto con productos de limpieza
- después de realizar ejercicio físico y sudar, se recomienda tomar una ducha inmediatamente e hidratar la piel con vaselina o crema
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Vivir con la enfermedad
La sequedad de la piel, la aparición de grietas, el enrojecimiento, la formación de costras y supuración, son los síntomas visibles de la piel con los cuales tienen que convivir los pacientes.
La dermatitis atópica presenta una tendencia de desarrollar enfermedades alérgicas como rinoconjuntivitis, asma, rinitis y alergias alimentarias. Los primeros síntomas suelen aparecer en la infancia y muchas veces desaparecen con el tiempo.
Sin embargo, tres de cada 10 casos continúan tras las pubertad y algunos inclusive desarrollan los primeros síntomas en la adultez.
Los pacientes con dermatitis atópica moderada o severa presentan un elevado impacto en la calidad de su vida. En su mayoría se debe convivir con síntomas de ansiedad y depresión, así como con mucho dolor y malestar causado por las lesiones.
Algunos presentan interrupción del sueño debido a las molestias y por consecuente una disminución de la productividad laboral. La enfermedad además podría provocar una alteración de la actividad social y de ocio.
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