Las microempresas de Costa Rica tienen una alta tasa de mortalidad. Además, muy pocas de las que sobreviven logran expandir su operación y crecer con el paso de los años.
La investigadora del Programa Estado de la Nación, Pamela Jiménez Fontana, explica que este sector del parque empresarial de Costa Rica es el “que tiene mayores dificultades” en la actualidad.
Es el mismo sector sobre el cual recaería el alza del impuesto sobre la renta que propone el Gobierno.
Actualmente, las empresas más pequeñas del país (menos de 10 trabajadores y con ingresos inferiores a ¢106 millones anuales) pagan entre el 5% y el 20% de impuesto sobre sus ingresos.
La propuesta gubernamental es que las que ya existen paguen un 30%, si se aprueba.
Además, a las nuevas se les daría un trato especial por tres años antes de entrar en el mismo ‘flat tax’.
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Se estima que cerca del 80% del parque empresarial de Costa Rica corresponde a microempresas.
Ya existe una alta mortalidad
El ministro de Hacienda, Nogui Acosta, reconoció a El Observador que no sabe cuál es el efecto que esta subida tendría en el parque empresarial. No hicieron un estudio técnico antes de enviar esta propuesta de reforma a la Asamblea Legislativa el pasado jueves 18 de mayo.
Pero un estudio publicado en el 2019 ya reflejaba el complicado escenario que atraviesan las empresas más pequeñas de Costa Rica.
Se estima que 11 de cada 100 microempresas mueren un año después de haber sido creadas. Al segundo año ya han muerto 21 y para el tercero son 30.
El cuarto año solo quedan vivas 66, un año después 61 y para el sexto año solo 58 de las que fueron creadas habían sobrevivido.
“Hay un proceso natural de la economía de creación y destrucción de empresas”, comentó Jiménez.
“Lo que pasa es que sí hay una mortalidad muy grande (…) Pero no solamente eso. Hay una dificultad muy grande que nosotros analizamos y es que tienen muy poca probabilidad de crecer”, añadió.
El grupo de investigadores del Programa Estado de la Nación analizó un panel de 20.000 microempresas que se crearon entre el 2005 y el 2017. De ellas, que eran las que habían logrado sobrevivir, solo un 12% había crecido y convertido en una pequeña.
Incluso, según los resultados, algunas de las pequeñas se habían convertido en micro como parte de su estrategia para sobrevivir en el tiempo.
“Eso es una dificultad para generar empleo”, comentó la investigadora a El Observador.
“Esa no es una generalidad”, dice experto sobre argumento del Gobierno
Una de las justificaciones del ministro Acosta y del presidente, Rodrigo Chaves, para subir este impuesto es que dentro de las microempresas hay personas organizadas que dividen sus negocios de tal forma que todos ellos puedan pagar la tarifa escalonada.
El mandatario usó el ejemplo de las cuestionadas tiendas de ropa SYR. Cada establecimiento tributa por separado lo que les permites obtener algunos beneficios, contrario a si se le cobrara a todas en su conjunto, explicó Chaves.
Sin embargo, y como no hicieron estudios previos, el Gobierno no sabe cuál es el porcentaje de las microempresas de Costa Rica en esta condición.
“Me parece que esa no es la generalidad de la parte de pequeñas empresas. Esas pueden ser algunas excepciones a la regla”, dijo Alonso Erak director de Fiscalidad Internacional y Precios de Transferencia de Grant Thornton.
Por otro lado, el socio del Grupo Camacho Internacional, Carlos Camacho, dijo que es muy posible que estas pequeñas empresas decidan trasladar el aumento a sus clientes. Explicó que cualquier aumento de este tipo entra en su plan de gastos, que tendrá que ser cubierto con los ingresos.
“(Las micro) es una parte significativa del parque empresarial costarricense.
“Esos 25 puntos porcentuales son muy significativos en el rendimiento para una empresa, principalmente cuando es una empresa de supervivencia”, añadió Camacho.