Josué Alvarado
Un reciente estudio hecho a pequeñas y medianas empresarias de Costa Rica concluye que para ellas formalizar un negocio constituye un trabajo arduo, complejo y oneroso.
Y también señala que el alto índice de informalidad que se registra les impide a ellas integrarse a cadenas de comercio globales.
El estudio fue realizado por la academia global Thunderbird School of Global Managment en colaboración con WEConnect International y la Alianza Empresarial para el Desarrollo (AED).
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Para llegar a sus conclusiones entrevistaron a 299 dueñas de pequeñas y medianas empresas, también a 70 compradores y 38 organizaciones de apoyo a empresarias.
No formalizan porque es muy caro
Según la población entrevistada, un 69% de las empresas estaban formalizadas y un 31% de ellas no. Sin embargo, estas cifras son mejores que las promedio país, donde la informalidad alcanza cerca del 42%, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
De las que no están formalizadas, sus propietarias señalaron en un 67% de los casos que no lo hacían porque no podían pagarlo y un 17% porque no sabe cómo hacerlo. Otro 13% respondió que no veía el beneficio de hacerlo.
El informe indica que, según el estudio hecho en el país, se necesitan de 10 pasos para formalizar y esto puede llegar a tener un valor de $1.200.
Este monto no incluye los honorarios profesionales pagados a los abogados que ayuden con el trámite o cualquier otro documento necesario, seguros, etcétera.
“En resumen, el proceso de registro puede ser arduo para las pymes de mujeres.
“Además, algunos encuestados afirmaron que no ven el beneficio de registrar su empresa. Por lo tanto, se puede deducir que no solo existe una falta de conocimiento sobre cómo formalizar una empresa, sino también sobre las oportunidades que un registro formal podría tener”, dice el informe en su capítulo de Costa Rica.
Y esta informalidad es una de las causas de que las pymes de las mujeres participen en mercados más grandes.
El mismo estudio señala que un 84% de la muestra no es proveedora para una organización grande como una cadena de suministro global y un 85% no exporta.
“La razón de la escasa participación en la exportación, así como en las cadenas de valor mundiales, podría atribuirse al hecho de que la mayoría de las pymes de las mujeres de la muestra encuestada son empresas nuevas, si formalizar y en fases tempranas de desarrollo”, añade el documento.
“Sigo en el agua, pero ya saqué la cabeza”
Karla Arias es la directora del Centro Pedagógico Integral Santiago, ubicado al oeste del Parque Central de Santo Domingo, en Heredia.
El centro funciona desde el 16 de febrero del 2020.
Según contó Arias, formalizar solo fue posible con el apoyo de su familia, pues el dinero con el que contaba para iniciar su negocio no era suficiente.
Sin embargo, al ser un servicio ligado al campo de la salud no podía iniciar sin los permisos sanitarios.
El banderazo de salida lo logró dar con la ayuda económica de su familia. Pero dos años después y con una estela de los efectos de la pandemia, insiste en que pagar las cargas para mantenerse en la formalidad es “muy difícil”.
“Si tuviera que usar una metáfora le diría que yo sigo en el agua, pero ya saqué la cabeza”, comentó durante una entrevista con El Observador.
“Lo que pasa es que nos meten a todos en el mismo saco y no todos tenemos la misma capacidad de pago.
“No me pueden comparar a mi con una empresa que tiene años y una inversión sólida con una empresa que está empezando. Debería ser un análisis de caso por caso”, señaló.
“Voy a probar” con un espacio físico para atender
La terapeuta ocupacional Mariana Sánchez también conversó con este medio.
Actualmente es trabajadora independiente formal y hace visitas a las casas de sus clientes. Sin embargo, tiene planes de abrir un espacio físico en San Francisco de Dos Ríos.
En este caso, ya está registrada ante la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Sin embargo, abrir un espacio físico requeriría otro tipo de pagos.
“Voy a probar si salgo con las cuentas. Ya lo tuve antes y tuve que cerrarlo y no fue por la pandemia (…) Voy a probar porque sale muy caro pagar patente, la luz, el agua, el permiso del Ministerio de Salud”, añadió.
