Krissia Morris Gray
Alrededor de 68 productores de arroz, de la región Brunca del país, acumulan pérdidas por ¢1.743 millones, debido a las condiciones climáticas y de una enfermedad que perjudicó a los cultivos.
De las 5.076 hectáreas sembradas en la región Brunca para el periodo 2021- 2022, 4.865 presentaron afectaciones. La reducción de la cosecha de esta zona en alrededor de 4.200 toneladas métricas, según un comunicado de la Corporación Arrocera Nacional (Conarroz).
Las pérdidas económicas por efecto de la reducción del rendimiento agrícola ascendieron a los ¢1.635 millones.
Además se generaron pérdidas por calidad del grano estimadas en ¢107.914.601.
Pero esta región no fue la única afectada, según Fernando Araya, director ejecutivo de Conarroz.
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“También tenemos casos que, por las fechas de siembra y las condiciones agroclimáticas, favorecieron para que la bacteria Burkholderia glumae se multiplicara y generara una afectación históricamente alta, que nunca habíamos tenido”, afirmó Araya.
Entre las razones
Según Conarroz, entre las causas que generaron la afectación en los cultivos de arroz fue el fenómeno de La Niña. Su influencia (provoca más lluvias) en el clima provocó una germinación desigual de cultivos.
Este desfase de las lluvias provocó que se iniciaran en abril, y luego hubo un déficit cercano al 70% en las precipitaciones, lo que perjudicó la germinación de las plántulas, afirmó el
ingeniero Julio Ducca, de la misma organización.
“Una de las mayores problemáticas se dio por la influencia del añublo bacterial”, refirió Ducca.
Esto es una enfermedad causada por la bacteria Burkholderia glumae, que impacta fuertemente el llenado del grano, provoca una decoloración en la panícula, el manchado de espiguillas y del grano; además, en la plántula se genera la pudrición de la vaina.
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Alternativa para los productores
Para atender la situación que se generó a los productores arroceros, Conarroz presentó ante la Comisión de Asuntos Agropecuarios de la Asamblea Legislativa, una reforma a la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas.
El objetivo es que, en caso de una emergencia fitosanitaria -como la que Conarroz considera que existe actualmente- se puedan echar mano a los fondos de emergencia del Servicio Fitosanitario del Estado.
Al respecto, Araya agregó que lo que se pretende eses corregir una omisión en la cual no se contemplaron fondos de emergencias como sí se hizo con el de la Comisión Nacional de Prevención y Atención de Emergencias (CNE).
Krissia Morris Gray
