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AyA monitorea aguas residuales para verificar presencia del virus del COVID-19 en comunidades

El Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) monitoreará las aguas residuales de varias plantas de tratamiento del país, para…

Por Paula Umaña

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AyA monitorea aguas residuales para verificar presencia del virus del COVID-19 en comunidades
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El Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) monitoreará las aguas residuales de varias plantas de tratamiento del país, para identificar la presencia del virus que causa el COVID-19.

Los primeros resultados de los estudios ya están y confirmaron la presencia del SARS-CoV-2 en las aguas residuales del Centro de Aprehensión Regional Central (CARC) con una muestra del 7 de mayo, cuando se encontraban ahí 12 personas confirmadas con la enfermedad en ese lugar.

Según explicó el ministro de Salud, Daniel Salas, estos monitoreos fortalecerán la vigilancia del virus en diferentes comunidades del país. Asimismo recalcó que no hay evidencia científica de que el virus se transmita en aguas residuales.

“La vía de transmisión del virus que provoca el COVID-19 es por las gotitas de saliva (…) Si es cierto que se puede detectar en aguas residuales y excretar el virus en las heces, no significa que se pueda transmitir por las heces”, aseguró Salas durante la conferencia de prensa de este martes.

“Nos ayuda a saber si en una comunidad ha habido o hay la presencia del virus a nivel”, agregó sobre el proceso.

Más análisis

Durante esta semana, el Laboratorio Nacional de Aguas (LNA) del AyA recolecta y analiza nuevas muestras del Hospital México, Hospital de Alajuela, Centro Especializado de Atención de Pacientes con Covid-19 (Ceaco) y la planta de tratamiento de aguas residuales Los Tajos.

“Los análisis que estamos realizando cumplen con la mayor exigencia de los mejores laboratorios del mundo. Estos funcionan como una fotografía que nos dice si en una determinada zona hay SARS-CoV-2”, indicó la presidenta ejecutiva del AyA, Yamileth Astorga.

La presidenta del AyA explicó que estos estudios podrían permitir dar una alerta temprana al Ministerio de Salud sobre localidades o comunidades donde esté presente el virus y no estén reportados como tal, ya que podrían tratarse de personas asintomáticas o que no han sido diagnosticados por las autoridades de salud.

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Técnica compleja

Analizar la presencia del nuevo coronavirus en aguas residuales es un proceso de alta complejidad, que involucra disminuir el efecto inhibitorio de algunas sustancias como detergentes, medicamentos y otros químicos que pueden afectar los análisis.

Darner Mora, director del LNA, explicó que el equipo de la institución identifica el material genético del virus presente en el agua.

“La idea es tener un trazador, que nos permita alertas tempranas de la huella del virus. Podría ser que no se presenten casos sintomáticos, pero que haya casos asintomáticos”, comentó Mora.

Durante la primera etapa de validación de la prueba, con muestras de mediados de abril, el AyA no detectó el SARS-CoV-2 en las plantas de tratamiento de aguas residuales de Los Tajos (San José), que atiende las aguas desechadas por unas 200.000 personas, ni en otra de La Guácima, que atiende a 1.000 ciudadanos.

En estos dos casos, la no detección del virus en esa fecha podría obedecer a la baja circulación del coronavirus en la población cubierta por el servicio de alcantarillado.

Según el Ministerio de Salud, la comunidad científica internacional ha demostrado que un porcentaje variado de los pacientes que padecen la enfermedad de COVID-19 excreta en las heces partículas del nuevo coronavirus.

Por el momento, los estudios del AyA confirman la presencia o no del SARS-CoV-2, pero más adelante se podrá medir la concentración del virus presente en diferentes muestras y realizar comparaciones para estimar la carga del virus en la población que sirve el alcantarillado.

Para estos efectos, la institución gestiona la compra de nuevos insumos que estarían llegando al país en junio. Además los estudios a largo plazo permitirían mostrar los patrones de estacionalidad que pueda presentar el virus.

Otros países como Brasil, Estados Unidos, Países Bajos, Japón, Francia y Australia también realizan este procedimiento.