Tomás Gómez
El Banco Nacional de Costa Rica confirmó este viernes el despido de su Directora Jurídica, Marietta Herrea Cantillo, por sus actuaciones en el caso de la millonaria sustracción de recursos en la bóveda de la institución, conocido mediáticamente como “Gallo Tapado”.
Seegún detalló el Banco, hubo una investigación a cargo de un órgano director externo. Esta se extendió desde el 9 noviembre del 2023, cuando la mujer quedó suspendida como medida cautelar.
“Esta investigación tenía como fin de determinar si existía responsabilidad de la Directora Jurídica por la presentación tardía de la denuncia penal contra los funcionarios vinculados al caso que investiga la Fiscalía de Probidad, Transparencia y Anticorrupción por el faltante de ¢3.293 millones, reportado en octubre del 2023”, indicó la institución.
“Una vez revisadas las pruebas y concluido el análisis jurídico por parte del Órgano Director externo, la Gerencia General del BN tomó la determinación de despedir a la funcionaria de su cargo sin responsabilidad patronal“, sumó.
El Banco insistió en que se tomarán medidas conta todo empleado que incumpla con sus deberes en el desarrollo de sus funciones.
Herrera Cantillo compareció en conferencia a finales del año pasado, cuando estalló el escándalo por la desaparición de recursos en la bóveda del Banco Nacional. (Josué Alvarado/El Observador)
El “Gallo Tapado” y los millones
En un hecho sin precedentes trascendido en octubre anterior, el Banco Nacional de Costa Rica perdió el rastro de ¢3.293,8 millones que deberían de estar en una de sus bóvedas; según los registros contables.
Aunque hubo explicaciones iniciales donde el Banco calificaba la teoría de una sustracción como “poco probable”. Aducían que el área estaba monitoreada y que decenas de personas laboran el Departamento.
Las autoridades judiciales intervinieron en el caso rápidamente, trayéndose abajo las hipótesis bancarias.
Se deteterminó que había un sospechoso principal que sacaba billetes en sobres. Para eso aprovechaba un punto ciego de una cámara de vigilancia para introducir el dinero en sobres y sacarlo del banco, al tiempo que sacaba ventaja de la omisión de controles de otros empleados.
Posteriormente, el individuo gastaba el dinero en la compra de lotería y juegos de azar, con transacciones que comenzaron en los ¢100.000 diarios, para luego ascender a montos millonarios.
El presunto destino de los recursos es el que da nombre a la operación de investigación, denominada “Gallo Tapado”.
