Christine Jenkins Tanzi
La “lana” para los tradicionales portales navideños que decoran las casas de los costarricenses se puede conseguir sin causar daños a los ecosistemas, solo es cuestión de encontrar un productor autorizado con licencia ambientales.
Estos permisos buscan evitar otra tradición: la de familias que visitaban los bosques y parques nacionales para extraer el musgo de adorno, o se lo compraban a vendedores no autorizados, causando un daño que tarda años en resarcirse.
Para continuar con la costumbre, de manera amigable con el ambiente, las familias ahora pueden comprar “lana verde” de potreros que cuentan con el permiso del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac). Están a la venta en algunas ferias de agricultor, viveros y en la cadena EPA.
“No cogemos de los árboles, no dañamos la naturaleza de ninguna manera. Si tenemos el permiso es porque ellos van y ven que uno no maltrata los terrenos”, explicó Miriam Marín, una de seis productores a los que se les extendió una licencia el año pasado, según la lista del Sinac.
Los Marín venden una lana que producen en su finca en Macho Gaff, de San Isidro del Guarco, donde hay un espacio delimitado en el que pueden ir a recoger el musgo. Lo venden en tanto en la Feria del Agricultor, como en el mercado de San Ramón.
Daño al bosque
El musgo es material de construcción de nidos para aves y pequeños mamíferos, y tiene otros roles como permitir la incorporación de los minerales de la lluvia.
“En zonas donde hay mucha humedad en el ambiente, crece la lana, y ella cumple un papel fundamental en los ecosistemas porque protege la vegetación. Lo que hace es retener el agua que hay en el ambiente, y la va soltando poco a poco en las épocas en que hay menos humedad”, explicó Angie Sánchez, funcionaria del SINAC.
Para verificar que haya sido obtenida de manera legal, debe venir en una bolsa plástica con calcomanía adherida con el logo del Sinac y el Área de Conservación respectiva de donde fue obtenida.
La única lana autorizada para ser comercializada es la de potrero, que tiene color verde.
Las blancas, rojizas, amarillas o las lanas que cuelgan o están adheridas a los árboles, arbustos o rocas, así como la “barba de viejo”, la lana seda y musgos no están autorizadas para recolecta ni comercialización.
Para proteger los bosques, también se realizarán operativos con más de 60 funcionarios, miembros de Fuerza Pública y Comités de Vigilancia de los Recursos Naturales (Covirenas) en puestos fijos, retenes, patrullajes e inspecciones a ventas navideñas.
Vendedores autorizados
Greivin Valverde, quien cultiva lana de manera legal en Páramo de Perez Zeledón, cuenta que él programa cortes para que cada tres años se pueda cosechar y regenerar. Este sería el cuarto año que consigue la certificación.
Valverde vende entre unas 1.000 y 1.200 unidades de bolsas pequeñitas por temporada a EPA.
“Es un cultivo alternativo que es compatible con otros, como la mora, por lo que se puede aprovechar. Uno escucha de gente que lo hace ilegal, pero además de ilegal, lo hace a precios más baratos”, explicó Valverde.
Christine Jenkins Tanzi
