Elizabeth Rodríguez
La familia Bonilla Solís, productores y exportadores de café, está en el podio del mejor café del país. Una de sus propiedades, Finca La Loma y el beneficio Don Mayo, fueron ganadores del primer lugar en la Taza de la Excelencia 2020. El grano viene de Llano Bonito de León Cortés, a 1.900 metros de altura sobre el nivel del mar.
“Hace 15 años dimos el paso a ser beneficiadores, para procesar nuestro propio café y exportarlo. Iniciamos con el beneficio Don Mayo. Después de ver que teníamos condiciones de calidad que sobresalían y hemos podido exportar nuestro café diferenciado, con nuestra identidad”, detalló Josué Bonilla, quien conforma la cuarta generación de productores de café.
En el país lo más común es que los productores de café, entreguen a una cooperativa o a un beneficio particular sus cosechas, perdiendo la trazabilidad de su producción.
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La vida detrás del café
La mayoría del café Don Mayo se exporta a Japón, Estados Unidos y Europa. La época de cosecha en las fincas de la familia Bonilla es de diciembre a marzo, ya que el café de altura tarda más en madurar.
“Para esos meses, vienen clientes de nosotros, compradores de café de todo el mundo, porque les gusta ver la finca, el beneficio, la cosecha. En enero es como una fiesta aquí”, relató Bonilla.
Con el grano de oro, han viajado alrededor del mundo tanto para establecer relaciones con clientes y mostrar el café en diferentes ferias. “Nos gusta devolver la cortesía y que los compradores vean nuestro compromiso e interés por mejorar e innovar cada año”, añadió.
La familia planea abrir al público giras de recolección y catación de café en las fincas, así como mostrar el proceso, secado y preparación del grano.
El café que crece en Finca La Loma antes de su recolección. (Cortesía)
Costa Rica registra casi el 1% de consumo de café en todo el mundo, pero aún no aprecia la diferencia entre cosechas de calidad y empaques comerciales. Según Bonilla faltan opciones para que la gente aprenda.
“En nuestro país siempre se ha dejado lo más barato y de menor calidad, inclusive café sin madurar. Para quitarle esas debilidades, lo tuestan oscuro y así disimulan su sabor”, detalló Bonilla.
Recolectores indígenas Ngöbe
Esta foto fusiona a ciudadanos japoneses que llegan a la finca para conocer más sobre la cosecha, además de los indígenas Ngöbe que recolectan entre los meses de diciembre a marzo. (Cortesía)
“Héctor Bonilla es el gran jefe, ese no descansa nunca”, bromeó su hijo Josué, quien es el menor de tres hermanos. Su hermana Auxiliadora se encarga de la cafetería Don Mayo en Heredia, y el otro hermano Pablo también trabaja en el negocio.
Las fincas de la familia Bonilla Solís son medianas y requieren de 15 colaboradores en temporada sin cosecha. Durante diciembre y hasta marzo requieren entre 100 y 150 recolectores de café. Durante más de 15 años han contratado mano de obra de la población indígena Ngöbe de Panamá.
“Hasta hemos tenido chiquitos que han nacido en nuestra finca. (…) A veces los medios de comunicación desinforman y dicen que los productores les damos malas condiciones laborales a los indígenas que contratamos, pero no es así”, afirmó Bonilla.
También al cruzar la frontera entre Panamá y Costa Rica, la empresa da transporte, servicios médicos y adelanta un pago a los trabajadores. Bonilla comentó que este año una familia de cinco integrantes ganó $4.000, lo cual utilizan para subsistir todo el año en su comarca en el país vecino.
Cada temporada cruzan la frontera entre 7.000 y 11.000 familias indígenas Ngöbe-Buglé para la cosecha.
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Miles de dólares en subastas de café
Un comprador japonés conociendo las fincas y siendo parte de la cosecha. (Cortesía)
Después de ganar el primer lugar de Taza de la Excelencia 2020, el lote de Finca La Loma y 25 participantes más fueron seleccionados para una subasta electrónica el 5 de agosto, a través de la página de la Alianza para Café de Excelencia (ACE).
“Ya solo quedar en la subasta es un premio. Aquí se reúnen compradores de todo el mundo los cuales pagan una membresía para poder estar en esta subasta. Se envían muestras de los lotes seleccionados a compañías de todas partes del mundo que deseen pujar por la subasta y llevarse un café de calidad”, describió Bonilla.
Josué destacó que en el evento se han pagado hasta $48.000 por un quintal de café que haya quedado en un primer lugar.
El Café Don Mayo ha participado en Taza de la Excelencia desde el 2007, obteniendo el primer lugar en el 2009 y este año. También han tenido lotes en subasta todos los años.
La familia Bonilla Solís acumula cuatro generaciones de productores de café. (Cortesía)
Elizabeth Rodríguez
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