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Caja ya consumió 75% de fondos para pandemia: compra de mascarillas, pruebas y CEACO principales gastos

La atención de la COVID-19 por parte de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) sigue financiándose con el fondo…

Por Tomás Gómez

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Caja ya consumió 75% de fondos para pandemia: compra de mascarillas, pruebas y CEACO principales gastos
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La atención de la COVID-19 por parte de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) sigue financiándose con el fondo de contigencias de la institución, del cual ya se han usado tres cuartas partes.

Según explicó Karen Nájera, de la Gerencia Financiera de la institución, hasta el viernes se había llegado a una ejecución de ¢64.189 millones, quedando disponible ¢20.000 millones.

De ese monto, más de la mitad se ha ido en el rubro de “materiales y suministros”, que abarca compra de los tests para detectar el virus, los reactivos químicos y el equipo de protección personal, sobre todo batas y mascarillas.

En segundo lugar aparece la compra de activos tales como ventiladores pulmonares, mientras que también ha sido necesario financiar salarios y otras actividades como mantenimiento.

Respecto al uso de los recursos en el tiempo, abril implicó un fuerte desembolso, generado principalmente por la conversión del Cenare en el Centro Espacializado para la Atención de Pacientes COVID-19 (Ceaco).

Respecto al mes de julio, Nájera destacó que se muestra un crecimiento tras invertir en equipo de protección y un reforzamiento en la cantidad de pruebas.

Ante el crecimiento de costos, la CCSS espera que llegue un refuerzo adicional de 40.000 millones como parte de un presupuesto extraordinario, el cual permita mantener la respuesta a la emergencia sanitaria.

Para desastres, huelgas y ahora pandemias

De acuerdo con la explicación de la vocera de la CCSS, el fondo de contingencias nació en el 2016 para permitir la continuidad de los servicios de la CCSS en situación de emergencia.

Así, de ese fondo se ha tomado para atender emergencias como la del Huracán Otto y la Tormenta Nate, así como durante algunas huelgas del personal de la Caja.

Aunque originalmente el presupuesto era de ¢15.000 millones, la cifra ha venido creciendo y prevé cubrir tanto la duración de la emergencia como potenciales consecuencias.

Para alimentar la reserva se utilizan tanto excedentes de años anteriores como el presupuesto ordinario.

El Ceaco se levantó en las instalaciones del Cenare en la Uruca para atender exclusivamente a pacientes con COVID-19. La adaptación, equipamiento y operación del lugar ha sido una de las principales inversiones durante la pandemia (Elizabeth Rodríguez/El Observador)