Marco Marín
Con el objetivo de combatir lo que se considera como la enfermedad más devastadora para los cítricos, a nivel mundial, el Servicio Fitosanitario del Estado (SFE) publicó recientemente el reglamento oficial para controlar la plaga Huanglongbing (HLB) y su vector.
Sin embargo, para la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA), además de la nueva reglamentación también es vital que el SFE trabaje en dos aspectos, afirmó Oscar Arias, vocero de esta organización.
El primero es que el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y el SFE sean más exigente con la aplicación de las medidas establecidas, en especial con los viveros encargados de producir plantas de cítricos injertadas.
Por otro lado, considera vital una “cuarentena interna” que restrinja el movimiento de este material vegetativo de un punto del país a otro.
“De acuerdo con lo que dice el MAG, para producir, hoy en día, una planta injertada de cítricos, ésta tiene que ser mantenida en un invernadero antiácidos. O sea, que no entren insectos.
“Entonces yo le pregunto, vaya a ver usted viveros y me dice cuántos tienen esto. Eso es una alcahuetería, que el MAG no soque eso”, afirmó Arias.
Dragón amarillo
La enfermedad, también conocida como dragón amarillo, es causada por la bacteria Candidatus Liberibacter asiaticus y su vector (animal que transmite infección de una planta a otra), el psílido Diaphorina citri.
Tanto el SFE como la CNAA están de acuerdo en que ésta es la plaga de cítricos más dañina que existe en el mundo.
De acuerdo con el SFE, las plantas infectadas sufren una “muerte productiva” en un período máximo de ocho años aunque el tiempo puede ser menor dependiendo de la edad y condiciones de cultivo.
Sin embargo, el vocero de la cámara profundizó más en el impacto de la enfermedad.
“El árbol que se infecta hay que botarlo, pero la gente no los erradica. Entonces tenemos una infección sistémica y los árboles van perdiendo la capacidad productiva. En cuestión de tres años usted está perdiendo el 25% de la producción”, aseguró.
El reglamento
Dada la importancia económica que representa la producción de cítricos, en especial durante los últimos años, el Servicio estableció las obligaciones que tienen los propietarios de terrenos que se dediquen a la producción y comercialización de cítricos.
Así lo aseguró Gerardo Granados, director de operaciones regionales del SFE, quién agregó que “en dicho reglamento se señalan los lineamientos técnicos que deben cumplir” los dueños de este tipo de plantaciones.
“Los propietarios u ocupantes de fincas, predios o traspatios, en general que cuenten con cítricos u hospedantes alternos, tanto del vector como de la plaga, deberán permitir el libre acceso a los funcionarios del SFE, sus materiales y sus equipos debidamente identificados”, señala el reglamento.
Con esto el ente del MAG busca “ejecutar las acciones fitosanitarias como inspecciones, evaluación, toma de muestras, erradicación de árboles en abandono y árboles con presencia de HLB y su vector”, agrega la disposición oficial.
La nueva normativa también dota de investidura de autoridad fitosanitaria a funcionarios de la Dirección de Extensión Agrícola y del INTA, del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), para que se sumen a la investigación, control y manejo de la plaga y su control.
Sin embargo, se aclara que solo serán algunas personas y será el SFE quien determine a quien se le da esta potestad.
Además, como parte de la nueva normativa, la institución se enfocará en metodologías que permitan el manejo de la enfermedad sin incurrir en el deterioro del ambiente.
Para lograr esto, el SFE busca promover el uso de parasitoides (insecto cuya larva mata a su huésped, en este caso el vector de la HLB), depredadores, formulaciones microbiológicas o botánicas, además del uso de agroquímicos tradicionales.
En este sentido, Granados informó que el SFE invertirá ¢27 millones para la compra del parasitoide específico, con la cual pretenden ayudar a los pequeños y medianos productores de las zonas más afectadas del país.
HBL en Costa Rica
De acuerdo con Arias, el dragón amarillo llegó a Costa Rica en el 2011. En un boletín del SFE, con fecha del 2016, ya se advertía de los graves peligros de esta enfermedad para las plantaciones cítricas del país.
El vocero explicó que, a pesar de que hay zonas “limpias” dentro del territorio nacional, la enfermedad se encuentra presente en todas las provincias del país.
“En la zona norte y de Guanacaste, ahí la cosa está muy grave. Las mayores plantaciones de están en La Cruz, San Carlos y Los Chiles. Entre esas dos zonas tiene que haber unas 11 mil o 12 mil hectáreas afectadas”, aseguró Arias.
De acuerdo con el SFE, los síntomas característicos de la enfermedad en las plantas son: hojas con manchas de un verde más claro, engrosamiento de las venas, amarillamiento de las ramas, frutos deformes, semillas atrofiadas.
Marco Marín
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