Antes de renunciar a la Unidad Social Cristiana (PUSC), Rodolfo Piza defendió que sus campañas trajeron en ascenso al partido y que los resultados fueron buenos.
“Lo hice en los momentos más difíciles. Cuando muchos lo daban por muerto y el partido había alcanzado el 3% en dos elecciones consecutivas”, dijo.
“Con voluntad y el compromiso de los socialcristianos y centenares de miles de costarricenses multiplicamos 5 veces ese caudal. Alcanzamos el 16% en la última elección a pesar de tener que enfrentar las acusaciones más descabelladas e infundadas incluso en los últimos debates”, agregó.
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A la espera de conformar un nuevo movimiento con que el tantearía una nueva aspiración, estos son algunos recuerdos anecdóticos de sus otros pasos por la política electoral.
Plan B cuando otro perdió la motivación
La primera aspiración de Piza chocó con una estrepitosa derrota. En la convención del PUSC en el 2013, solo el 23% de los militantes lo respaldaron, frente al 77% conseguido por el médico Rodolfo Hernández.
Hernández comenzó su campaña e incluso nombró a Piza candidato a vicepresidente.
El proceso, sin embargo, se fue enturbiando y en el segundo día oficial de campaña, el 3 de octubre del 2013, Hernández renunció.
“La motivación se fue de viaje”, indicaba su carta. “Nunca pensé que me tendría que enfrentar a tanta intriga, tanta envidia, tanto egoísmo, tanta traición y tanta deslealtad”, agregaba.
Tras una marcha de simpatizantes a su casa, Hernández retomó la candidatura pero una semana después hizo la renuncia definitiva.
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Así, el 12 de octubre de ese año, con la campaña ya iniciada, Piza se convirtió en candidato comodín. Ese mismo día se presentó una fórmula Patricia Vega -presidenta del PANI en el actual Gobierno- y el educador Carlos Araya como vicepresidentes.
El esfuerzo de última hora se tradujo en 123.653 votos. Con el 6,02%, los rojiazules quedaron en quinto lugar y sacaron 8 diputados.
Estrella de la campaña
Cuatro años después fue Piza quien arrasó en la elección interna. Con el 73% de los votos se impuso a Rafael Ortiz.
La primera ronda la cerró con 324.904 votos y con el 16,02% subió al cuarto lugar. Además pescó una diputación adicional.
Su protagonismo se multiplicó, sin embargo, de cara a la segunda ronda, al aliarse con Carlos Alvarado.
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El PAC y el líder del PUSC firmaron el acuerdo Alvarado-Piza el 8 de marzo, donde se comprometían a avanzar 85 puntos.
Luego, a Piza se le asignó el Ministerio de la Presidencia, donde estuvo por 14 meses. Su llegada atrajo también a una amplia lista de socialcristianos a quienes se les dieron ministerios y presidencias ejecutivas.
Despedida desde Washington
Piza había adelantado la semana anterior que tanteaba una tercera candidatura. Ahora, de darse, esta sería fuera del PUSC.
Desde Washington, donde trabaja para la OEA, Piza envió un video el lunes por la noche, rompiendo con la agrupación.
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“La Unidad ha sido mi casa desde 1977 cuando iniciábamos como coalición y luego como el PUSC. Desde la distancia de mi tierra he observado con dolor un partido que se negó en su asamblea, promovida por intereses individuales de curules legislativas, a participar en una gran coalición por Costa Rica”, dijo.
Piza deseó suerte a quienes sigan en el partido e indicó que más adelante los invitaría a la “batalla por Costa Rica”.