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Casi 1,7 millones de préstamos se beneficiaron de medidas especiales por pandemia; bancos volverán a aplicar normativa anterior

Cerca de 1,7 millones de créditos se beneficiaron, durante el 2020 y 2021, de las medidas excepcionales que tomaron los…

Por Rodrigo Díaz

Tiempo de Lectura: 2 minutos
Casi 1,7 millones de préstamos se beneficiaron de medidas especiales por pandemia; bancos volverán a aplicar normativa anterior
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Cerca de 1,7 millones de créditos se beneficiaron, durante el 2020 y 2021, de las medidas excepcionales que tomaron los bancos con los clientes afectados por la pandemia del covid-19.

Sin embargo, a partir de esta semana, quienes soliciten créditos en las entidades bancarias deberán cumplir con los requisitos establecidos en la normativa que estaba vigente previo a la emergencia sanitaria.

Así lo estableció el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif), que siempre ha señalado que las medidas que se tomaron eran de carácter transitorio.

En su momento, la Asociación Bancaria Costarricense (ABC) planteó a Conassif la necesidad de ampliar más los plazos antes de volver a las disposiciones previas a la pandemia.

No obstante, el regulador mantuvo su postura.

“Los clientes que aún tienen dificultad para hacer frente a sus obligaciones financieras, es importante que se pongan en contacto con su banco, para que juntos valoren y encuentren la solución que mejor se adapte a sus posibilidades”, manifestó María Isabel Cortés, directora ejecutiva de la ABC.

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¢13,6 billones

Una vez que se declaró la pandemia, el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) autorizó a los bancos tomar medidas que les permitieron realizar readecuaciones y arreglos de pago para operaciones de crédito de personas y empresas.

Tales acciones permitieron modificar 1.654.264 operaciones, que representan el 58% del total de créditos del sistema. El monto de esos créditos modificados fue de ¢13,6 billones (millones de millones de colones).

Estas medidas inéditas de flexibilización aprobadas permitieron a los intermediarios financieros generar un mayor apoyo a todos los deudores, en las fases más profundas del confinamiento por pandemia; se priorizó mantener la capacidad instalada de la producción, no afectar el histórico de pago de los deudores, ni sus bienes, comentó Rocío Aguilar, superintendente de Entidades Financieras.

Aguilar señaló que las disposiciones fueron consistentes con la tolerancia y flexibilización regulatoria seguida internacionalmente en múltiples jurisdicciones.

No obstante, desde noviembre, el ente supervisor dispuso que los bancos volvieran a aplicar la normativa que estaba vigente, a partir del 1 de enero de este año.

“Las medidas que se aplicaron de manera excepcional sin duda fueron un alivio para las familias y empresas afectadas por la pandemia. Los bancos hicieron esfuerzos extraordinarios para apoyar a sus clientes, pero ahora, si bien no hemos dejado atrás la pandemia, el Conassif considera que es momento de retornar a las medidas vigentes previo a esta”, manifestó Cortés.

Medidas que regresan

Desde el inicio de la pandemia se flexibilizaron los supuestos que obligaban a las entidades financieras a calificar una operación crediticia como especial.

Las entidades financieras podían otorgar readecuaciones, prórrogas, refinanciamientos, o cualquier combinación de las anteriores, sin que significara que la operación era más riesgosa.

También se facilitó el otorgamiento o ampliación de períodos de gracia.

Con la vuelta a la normativa, desde el 1 de enero, cualquier modificación que se haga a un crédito en un período menor a 24 meses lo convierte en una operación crediticia especial. Esto modifica su categoría de riesgo. 

Adicionalmente, las entidades retomarán el análisis de estrés para valorar la capacidad de pago del cliente durante la vida del crédito. En caso de presentar debilidades, se ajustará la calificación del deudor. Esto, eventualmente, cambiaría las estimaciones asociadas al crédito otorgado.

Algunas otras medidas seguirán en vigencia hasta diciembre del 2022. Estas se asocian a las estimaciones contracíclicas que debían realizar los bancos y a la posibilidad de que una entidad caiga en irregularidad financiera, al reportar pérdidas durante varios meses.