Krissia Morris Gray
La Caja Costarricense de Seguro Social presenta una seria de debilidades en el proceso de identificación y planificación de necesidades de compra de equipos médicos de alta complejidad.
Las fallas fueron detectadas por la Contraloría General de la República, la cual indicó que las falencias detectadas no permiten orientar, de manera razonable, la gestión oportuna de los proyectos de sustitución o ampliación de oferta de dichos equipos.
Esto a efectos de prevenir eventuales afectaciones en la continuidad y calidad de los servicios de salud.
Poca coordinación
Para esto, la entidad contralora estudió 11 proyectos de compra de equipo médico de alta complejidad desarrollados entre el 2018 y 2020, cuyo monto ascendió a $45,7 millones.
Cinco de los proyectos se desarrollaron para ampliar la oferta de servicios de salud, cuatro para reemplazar equipo médico y dos para ambas finalidades.
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Incluían la adquisición de equipos como: ventiladores pulmonares, aceleradores lineales, rayos X, mamógrafos y tomógrafos, para ser distribuidos en distintos establecimientos de salud.
De estos, “siete surgieron por solicitud de los prestatarios del servicio, o impulsados por mandatos legales, o informes de la Auditoría Interna de la CCSS, y no de la identificación proactiva y prospectiva de necesidades de salud y de equipo, lo cual se agrava ante la poca coordinación entre las gerencias y las direcciones encargadas de realizar esos estudios”, determinó la CGR.
Sin análisis, sin evaluaciones
Las iniciativas surgieron como una reacción observada por los prestatarios del servicio y no a raíz de la identificación propia de necesidades de salud y de equipo.
No se hizo un análisis de variables como:
- Las condiciones de la población
- La planificación de las prestaciones sanitarias de corto, mediano y largo plazo
- Perfiles epidemiológicos y etarios de la población
- Análisis de la oferta y demanda de servicios,
- Condiciones económicas y de trabajo, educación, estilos de vida
- Infraestructura de servicios o vial
Además, la Contraloría constató que ninguno de los 11 proyectos contó con la evaluación de la tecnología por adquirir, en consideración de aspectos técnicos y de la prestación de servicios de salud, que le permitiera determinar si el equipo era el óptimo para satisfacer las necesidades identificadas.
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También, se identificó la no aplicación de un proceso técnico y objetivo para priorizar y seleccionar los 11 proyectos de equipo médico de alta complejidad incluidos en el portafolio institucional.
Tampoco se dejó constancia documental de las decisiones tomadas al respecto.
“De esta forma, los proyectos se incorporaron al portafolio conforme lo solicitaban las unidades usuarias, e iban siendo programados por las Unidades Ejecutoras, según su orden de ingreso, práctica repetida en el balanceo del Portafolio, a incluir nuevos proyectos”, agrega el informe del ente contralor.
Sin criterios
Los recursos financieros fueron asignados según la programación financiera de los proyectos, sin considerar criterios de igualdad y equidad en la prestación de los servicios de salud.
“Ante la crisis financiera que vive el país y la propia CCSS, es de vital importancia que esa institución utilice sus recursos financieros, humanos y materiales en forma óptima, eficiente y eficaz para lograr la misión para la que fue creada.
“Por esta razón, las inversiones de capital que realice deben ser bien analizadas y técnicamente fundamentadas, y la conformación del Portafolio de Proyectos de Inversión Institucional debe asegurar que los proyectos que en él se incorporan son clave para que la institución provea servicios de calidad”, enfatizó la Contraloría.
El Observador gestionó con la oficina de prensa de la CCSS una respuesta o reacción al informe, pero al cierre de edición no hubo respuesta.
Krissia Morris Gray
