Krissia Morris Gray
De aprobarse la reforma al régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), presentado por la Gerencia de Pensiones de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), se trasladaría el próximo “momento crítico” previsto para el 2037 hasta el 2053, es decir, se “daría oxígeno” por 16 años más.
El próximo “momento crítico” será cuando se acabe el fondo de reserva del IVM por el pago de pensiones.
Según la CCSS, el plan de reforma que propuso se traducirá en un ahorro financiero aproximado de ¢45,4 billones (millones de millones).
Así lo aseguró el gerente de pensiones Jaime Barrantes, quien sostuvo que el plan es para garantizar la sostenibilidad para el pago de jubilaciones.
La propuesta involucra: una eliminación gradual del retiro anticipado, incluir los 25 años mejores años de cotización y contabilizar la cuantía adicional a partir de los primeros 25 años hasta el momento de la jubilación.
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“Las propuestas van en función en disminuir el gasto que hoy hace el IVM en términos de pensión anticipada y de la estructura. Son ajustes, en el tiempo, del gasto del IVM”, reafirmó Barrantes.
Barrantes aseguró que, este año debería arrancar la discusión de propuestas estructurales, en el que se valoren otras medidas de sostenibilidad y de financiamiento.
También abordar otros ajustes y aportes que requerirá el IVM a futuro.
90% corresponde a retiro anticipado
Barrantes reconoció que de los ¢45,4 billones de ahorro estimados, desde el punto de vista actuarial, el 90% se generará de los ajustes graduales por eliminación de la pensión anticipada.
El 10% es producto de la modificación de la cuantía adicional, pues con esta, los futuros pensionados tendrán una reducción en el monto de la pensión al IVM.
En la actualidad, en el caso de las mujeres pueden adelantar la pensión a los 59 años y 11 meses, mientras que los hombres a los 61 años y 11 meses.
La eliminación gradual se haría mediante un transitorio de cinco años, aumentando cada año, un año adicional: al 2029 hombres y mujeres tendrían la misma edad de retiro de 65 años.
El transitorio define que entre 2022 y 2024 las personas se pensionen como está establecido actualmente (59 años y 11 meses, las mujeres y de 61 años y 11 meses, los hombres). A partir del 2025 se adiciona un año hasta llegar a los 65.
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¿Sin financiamiento?
Barrantes recordó que la edad de retiro es a los 65 años, la cual se estableció desde 1947.
“El costo de la pensión anticipada generaría un tema importante para la salud financiera del IVM.
“Hoy la mitad de las personas se está yendo antes de los 60 años y eso implica que el IVM tiene, que de manera anticipada, empezar a pagar pensiones que no están financiadas, es decir, se está dando un beneficio para el cual no se tiene una fuente de financiamiento”, apuntó Barrantes.
El Gerente añadió que el pago del adelanto de las pensiones se hace con plata de las cotizaciones que entran por mes.
Asimismo, Barrantes agregó que cuando se adelanta la edad de pensión la persona deja de cotizar, por lo que son dineros que deja de percibir la entidad.
Barrantes expresó que los dineros generados del ahorro son necesarios para sostener el financiamiento por varios años más, dado también por el incremento de la esperanza de vida.
En julio se prevé la aprobación de la reforma al IVM, pues durante dos meses, la CCSS dará a conocer la propuesta a la población y realizará mesas de análisis para su discusión.
Dado a rebaja de ingresos producto de la pandemia, el año pasado, el IVM usó ¢175.000 millones de la reserva para el pago de pensiones y para el 2021 se proyecta el uso de ¢200.000 millones.
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Se estima que el IVM cuenta con 300.000 pensionados y por año, el régimen paga ¢1 billón.
Krissia Morris Gray
