Paula Umaña
Aunque el inicio de operaciones del Centro de Inspección Remoto (CIR) en la Terminal de Contenedores de Moín (TCM) estaba previsto para el pasado 1 de julio, más de 20 días después continúa sin funcionar.
Hasta el momento, ni las autoridades gubernamentales ni la concesionaria APM Terminals dan una fecha para solventar el problema.
El CIR es necesario para que se cumpla la función del escáner en la TCM, con la cual se monitorean los productos de todos los contenedores.
¿Por qué no inició en julio? En palabras simples, las imágenes transmitidas desde el escáner de la terminal de Moín al CIR no cumplen con el mismo formato.
“Se emite una imagen en un determinado archivo, que no es el estándar internacional que la Organizacion Mundial de Aduanas recomienda”, explicó Duayner Salas, viceministro de Comercio Exterior (Comex).
Actualmente el país cuenta con un solo escáner, concebido bajo el contrato de concesión como un servicio complementario.
“Los exportadores pueden pedir y pagar ese servicio a APM”, explicó Salas.
“Lo que pasa es que el análisis de esas imágenes sí se haría en el CIR con la presencia de las autoridades competentes”, añadió.
¿Quién es el responsable, APM o el Gobierno?
Ante las fallas descubiertas en las pruebas, el Comex indicó que se trabajaría en los defectos del sistema informático.
“En este momento, la empresa encargada de la integración de datos coordina con el fabricante del escáner y APM Terminals”, se indicó a inicios de julio.
Sin embargo las responsabilidades viene y van desde ese día.
Según un comunicado de APM Terminals, la compañía había advertido sobre la necesidad de revisar la compatibilidad de los formatos y ahora piden al Poder Ejecutivo actuar.
“Hacemos un llamado al Gobierno para que se asigne prioridad a la implementación de las medidas necesarias para que el CIR pueda comenzar a operar a la mayor brevedad”, señaló Kenneth Waugh, gerente general de la compañía.
Sin embargo no detalló si la responsabilidad está definida por el contrato de concesión. El Observador intentó conversar con Waugh. Pero la agencia de comunicación contratada por la compañía indicó que “no se están refiriendo más al asunto porque ya eso es terreno del Gobierno”.
Desde el Ejecutivo, Salas señaló que se encuentra pendiente la transformación del formato que transmite el escáner, algo que “depende de APM y de la empresa proveedora”.
“Estamos a la espera de la confirmación de APM respecto a los tiempos del desarrollo pendiente que hace falta”, añadió el Viceministro.
El pasado 10 de julio, durante el Congreso de Exportadores, el
director general de Aduanas, Juan Carlos Gómez, le achacó el fallo a la empresa portuaria.
“El fallo fue de APM Terminals, vamos a ser claros”, exclamó.
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Exportadores en vilo
Mientras las imágenes continúan siendo incompatibles, la preocupación del sector comercio es cada vez más palpable. Así lo hicieron saber 17 cámaras de industria y comercio en una carta enviada al presidente de la República, Carlos Alvarado.
En el documento, los empresarios enumeraron la “falta de funcionamiento del escáner para la detección de drogas” como uno de los problemas operacionales que les está afectando.
“Solicitamos con vehemencia implementar a la brevedad el CIR”, manifestó Laura Bonilla, presidenta de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco).
Los empresarios temen por los contenedores, que corren el riesgo de ser contaminados con productos ilícitos, un hecho que pone en jaque la reputación comercial del país.
“Lamentamos no contar con una fecha precisa del inicio de este sistema, ya nuestra carga de exportación continúa siendo vulnerable al narcotráfico”, dijo Bonilla a El Observador.
En octubre del año pasado, fueron incautados 1,600 kilos de cocaína en España, en un contenedor de bananos procedente de Costa Rica.
Según Bonilla, estos sucesos aumentan los controles de los productos que se exportan, “lo que provoca atrasos, más costos que deben soportar los exportadores y la reducción de las ventas”.
Paula Umaña
Un viaje diario entre palabras, versiones, hechos y verdades. Una periodista en constante aprendizaje, con el sueño de ser bióloga marina y sumergirse en las historias más profundas del gigante acuático.
