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Claves para comunicarnos con nuestros hijos

Natalia Calderón para El Observador La crianza es una labor de aprendizaje constante. Es necesario que la conexión con los…

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Claves para comunicarnos con nuestros hijos
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Natalia Calderón para El Observador

La crianza es una labor de aprendizaje constante. Es necesario que la conexión con los hijos les propicie un sentimiento de pertenencia y de ser valiosos.

En la comunicación es necesario tomar en cuenta la etapa evolutiva del niño, ya que mucho de lo que se señala como “malos comportamientos” son acordes con su desarrollo madurativo.  En la primera infancia de cero a seis años, es importante modelar físicamente junto a la palabra; por ejemplo, eso no se puede comer y  retirar esa comida del lugar, así el niño podrá asociar el no, con la acción.

Cuando el niño nos hable, estar muy atentos y realmente escuchar. Un niño que se siente escuchado, aprende a escuchar. Además, es fundamental que los niños y adolescentes no se sientan juzgados al conversar. Escuchar con el corazón es muy  importante, sin embargo escuchar no es sinónimo de estar de acuerdo o de permitir todo.

Una de las herramientas fundamentales es mantener una comunicación respetuosa y positiva. Algunos ejemplos son:

  • En lugar de “no grites”, vamos a “bajar todos el tono de voz”.
  • En lugar de “cuidado destruye ese juguete”, podemos usar… “si cuidas el juguete lo vas a poder usar más tiempo”.
  • Cambiemos el “no mienta” o “no sea mentiroso” por “en esta casa hablamos siempre con la verdad”. “Decir la verdad es importante para confiar los unos en los otros”.
  • En lugar de “NO corra”, podemos usar “vamos caminando”.
  • Cambiemos el “no toque”, por “vamos a ver los adornos de la abuelita”.
  • En lugar de “no le pegue a su hermano” podemos usar “en esta casa todos nos tratamos con amor y cariño”. “Acá no hay golpes, ni gritos”.
  • Cambiemos el “no tengo tiempo”, “estoy muy ocupado”, por “dame unos minutos”.

La comunicación es clave para crecer en una familia que nos permite SER y aprender a gestionar lo que pensamos y también lo que sentimos.