Salud

¿Cómo incide el estrés y la ansiedad en la aparición de cáncer? Esto dice investigador de la UCR

El estrés y la ansiedad crónica son capaces de debilitar al sistema inmunitario, lo que obstaculiza la destrucción de las células cancerosas

Por Mariana Mena

Tiempo de Lectura: 3 minutos
¿Cómo incide el estrés y la ansiedad en la aparición de cáncer? Esto dice investigador de la UCR
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El estrés y la ansiedad pueden incidir en la aparición del cáncer, así lo determina un investigador de la Universidad de Costa Rica (UCR).

De acuerdo con el doctor Warner Alpízar, biólogo especialista en cáncer de la UCR, estas dos hacen que el metabolismo se altere y la parte fisiológica, es decir, el funcionamiento.

Lo anterior puede derivar en presión arterial alta, así como obesidad y diabetes. Estas dos últimas son facilitadoras para la aparición de un cáncer.

“¿Me va a dar cáncer por tener ansiedad o estrés? No directamente. El estrés y la ansiedad ayudan de forma indirecta”, resaltó Alpízar.

Por ejemplo, el estrés y la ansiedad pueden desordenar los patrones de estilo de vida y alimentación, lo cual puede conllevar a la obesidad y esta a un potencial cáncer.

“La obesidad está relacionada con trece tipos diferentes de cáncer y es un factor de riesgo altísimo”, mencionó el médico.

Según estudios científicos, las personas sometidas a condiciones de ansiedad o estrés, tienen una mayor probabilidad de adquirir hábitos de vida poco saludables, como aumentar el consumo de alcohol y tabaco que se relacionan con enfermedades que propician la aparición de cáncer.

“Asimismo, a nivel biológico se conoce que el estrés y la ansiedad crónica son capaces de debilitar al sistema inmunitario, lo que obstaculiza la destrucción de las células cancerosas”, destacó el investigador.

Un sistema inmunológico robusto y funcional es capaz de encontrar células precancerosas y eliminarlas.

Pero, en personas que tienen un sistema inmunológico debilitado o suprimido, esto no pasa de la mejor forma y hay una mayor probabilidad de desarrollar un cáncer.

Además existen registros de que un estrés crónico también conlleva a un sistema inmunológico hiperactivo y una situación proinflamatoria.

“¿Qué pasa con esto? Resulta que uno de los elementos necesarios para iniciar un cáncer es una reacción inmunológica proinflamatoria prolongada en el tiempo”, expresó Alpízar.

Ansiedad fin de año

(Foto Archivo/Observador).

Estrés

Según explicó Alpízar, el estrés puede agravar el daño del ADN de las células. El efecto del estrés potencia los nervios que rodean al tumor.

“Los nervios son fibras que permiten el envío de mensajes para que el cuerpo reaccione de algún modo en específico. Para funcionar bien, un tumor también necesita tener nervios”, señaló.

Crecen en el microambiente y son los que favorecen la liberación de las distintas hormonas del estrés como:

  •  Norepinefrina
  • Epinefrina (adrenalina)
  • Cortisol

Hormonas que facilitan la aceleración en la reproducción de las células de cáncer.

“Las hormonas del estrés pueden apoyar y propiciar el crecimiento de las masas tumorales. Hay evidencia que sugiere que las células cancerosas liberan moléculas que propician el crecimiento de las terminaciones nerviosas a lo interno del cáncer. Lo cual hace que los nervios se ramifiquen y se prolonguen hacia lo interno del tumor”, indicó el médico.

En un proceso carcinogénico, los nervios son las “autopistas” que agilizan la distribución de las hormonas del estrés en el tumor.

“También la evidencia científica disponible sugiere que, entre mayor sea la densidad de los nervios a lo interno del tumor, peor podría ser el pronóstico. Una alta densidad se ha asociado con una mayor capacidad de metástasis”, mencionó Alpízar.

Se estima que un 90 % de las personas que mueren por cáncer no fallecen por el cáncer primario, sino por las metástasis.

(Foto Archivo/Observador).

Desarrollo del cáncer

El cáncer se deriva a partir de la acumulación de mutaciones en las células, usualmente, por un daño en su ADN.

Posteriormente, esas células —con muchas mutaciones— se vuelven malignas.

“Eso significa que empezarán a crecer de forma acelerada, descontrolada, excesiva y eventualmente, formarán masas de células (tumores)”, explicó Alpízar.

“Para que un cáncer se desarrolle y comprometa la vida, es necesario que esas células malignas coexistan con células no tumorales las cuales, en su momento, le ayudarán al cáncer a sobrevivir, a crecer y a formar nuevos focos (metástasis)”, indicó.

De acuerdo con el experto, las células no tumorales primero buscan eliminar las células cancerosas a través de varios procesos químicos.

No obstante, las células cancerosas empiezan a liberar químicos y las células, principalmente del sistema inmunológico, terminan trabajando en favor del cáncer para que crezca y se desarrolle.

“En algunos casos, si esas células no ayudan al cáncer a proliferar, se convierten en espectadores pasivos que no lo atacan ni lo destruyen”, resaltó el doctor.