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Competencias políticas de los gobernantes y ciudadanos

Francisco Soto para El Observador Los artículos que he escrito en los últimos meses se refieren a la importancia de…

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Competencias políticas de los gobernantes y ciudadanos
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Francisco Soto para El Observador

Los artículos que he escrito en los últimos meses se refieren a la importancia de las competencias laborales como un diferenciador en la calidad de un trabajo en un mundo más complejo y especializado.

Sin embargo, nuestro país está en un periodo electoral con mucha incertidumbre, y las quejas sobre la baja calidad de los representantes políticos son abundantes. Al parecer, estimula a muchos a hablar sin consideración, diciendo insultos o barbaridades sobre los políticos. Más ahora, en las redes sociales, donde el linchamiento es continuo.

Por lo tanto, investigué sobre cuáles deben ser las competencias políticas idóneas de los gobernantes.

A pesar de los filtros que los partidos políticos tienen para la selección de sus líderes, existen dudas y decepciones de estos en su accionar, principalmente en casos de corrupción.

Hay que tener en cuenta que es problema compartido ya que los políticos nacen de la propia ciudadanía y reproducen las deficiencias del ámbito político.

Por lo tanto, es oportuno preguntarnos qué clase de competencias políticas deben tener tanto los gobernantes cuando ejercen el poder como los ciudadanos cuando votan o participan en la toma de decisiones.  

La competencia política de los gobernantes

Adam Smith, en su “Teoría de los sentimientos morales”, indicó que un gran estadista debe unir la mejor cabeza junto al mejor corazón. Léon Blum, en “La reforma gubernamental”, evidencia que las competencias técnicas son muy distintas de las competencias políticas y que la experiencia es determinante.

Pero quien describe adecuadamente la complejidad de las competencias políticas es Isaiah Berlin en su libro “El sentido de la realidad. Sobre las ideas y su historia”, donde relata que el arte de gobernar y transformar las sociedades no se asemeja al conocimiento de los académicos ni de los científicos, algo que muchos ciudadanos creen que son garantía para gobernar bien.

Indica que la clave en la competencia de un político radica en la comprensión, más que en el conocimiento; es decir, en saber leer correctamente tanto las relaciones y los problemas sociales en el tablero político.

Entre las competencias que deben tener los políticos es disponer de buen ojo, olfato y oído político en la compresión social, tener un sentido claro de crisis y riesgo, por lo cual la experiencia es crucial. La conclusión del autor es que quienes carecen de estas aptitudes, por muchas otras cualidades que puedan tener como inteligencia, imaginación, amabilidad, nobleza, atractivo, etc., deben ser considerados ineptos políticos.

La competencia política de los ciudadanos

La competencia política del ciudadano ha sido de menor objeto atención en la política, debido a que se cubre como un derecho universal. Pero las falencias en las competencias políticas de los ciudadanos han llevado a muchos países a perder este derecho.

Entre las competencias políticas idóneas del ciudadano para emitir su voto están:

  • contar con capacidad de estudio de su entorno político
  • investigación
  • análisis social
  • comunicación
  • discusión de ideas, para saber enfrentarse a una diversidad de opiniones e intereses que hay en los medios de comunicación.

Lo anterior no está ligado con la educación o con el nivel de conocimientos, ya que las informaciones falsas se encuentran también entre los más formados.

Esta situación debería inquietarnos, ya que está llevando a muchos ciudadanos a convivir entre el conocimiento y sectarismo. La minoría de ciudadanos que prestan más atención a los asuntos públicos no suelen ser los más críticos. Por lo general son los más partidistas, solo hay que ver las redes sociales.

Los grandes gobernantes ven la realidad o leen correctamente la partitura política. Es lo que se llama sabiduría natural, comprensión imaginativa, penetración, capacidad de percepción.

Los pueblos grandes son los que ven la sabiduría natural ya que toman las decisiones con las mejores competencias políticas.