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Compliance en el sector construcción: aprender del caso Odebrecht

Raquel Artiñano para El Observador El sector construcción es uno de los más sensibles en cuanto a riesgos de integridad…

Por Desde la Columna

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Compliance en el sector construcción: aprender del caso Odebrecht
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Raquel Artiñano para El Observador

El sector construcción es uno de los más sensibles en cuanto a riesgos de integridad y transparencia.

Hace no mucho tiempo todos vimos caer a Odebrecht por el pago de sobornos, colusión, entre otras.

Considerada una de las compañías constructoras más prestigiosas de América Latina, Odebrecht cae y, con ella, todas las compañías con las que estuviese asociada se vieron involucradas en investigaciones y hasta en imputaciones relacionadas con el enorme conglomerado de corrupción institucionalizada.

Otras compañías comprometidas

A partir de la confesión de Odebrecht, compañías como Graña y Montero (Perú), presidentes y expresidentes de América Latina y otras muchas compañías más se vieron comprometidas. Lo hicieron en cuanto a una parcial o total participación en contratos polarizados por pagos indebidos y parcializados en lo relativo a las evaluaciones y adjudicaciones.

Como consecuencia de lo anterior, la mayoría de esas compañías desapareció y otras decidieron reinventarse, retomar el camino y hacer las cosas bien aunque les costara ganar la confianza perdida.

En el caso de Odebrecht vemos que en gran parte pasa a ser OEC Ingeniería y, al igual que Graña y Montero, no sólo cambian su nombre, sino que se someten a un proceso de instauración de transparencia, comunicación y ética.

Cuando se toca fondo

Para una compañía con tanto prestigio llegar a tocar fondo de esta forma, le hace aprender de la peor manera a valorar y abrazar la integridad como estrategia empresarial.

Tal y como lo anunció GyM (antiguo Graña y Montero): “Las personas que causaron daño tomaron malas decisiones o cometieron actos ilícitos ya no forman parte de esta empresa. Sin embargo, los actuales directivos y ejecutivos queremos pedirles disculpas a todos nuestros trabajadores y a todos los peruanos por los daños ocasionados”

Retomar el vuelo para estos dos ejemplos, no solo implica una reinvención. Es un ajuste cultural que reestructura el propósito empresarial desde una amarga experiencia vivida.

Insumos para todas las demás

Esos ejemplos sirven de insumo para todas las compañías del sector, desde el temor o desde la convicción, pero funcionan para replantearse las conductas, para denunciar los sobornos, extorsiones, colusiones, etc.

Lo mejor que nos dejan estos ejemplos, es que la compañía debe desplegar todos los medios, o su mejor esfuerzo en cuanto a estrategia, para obstaculizar comportamientos contrarios a la ética, transparencia y legalidad.

Si la organización no demuestra haber puesto su empeño en gestionar esa cultura en el ADN de sus colaboradores. Acompañado de la aplicación de protocolos, sistemas de denuncias, reportes y sanciones.

Incluso, si no muestra un plan de control para la prevención del delito, las autoridades podrían llegar a entender que lo que está mostrando es falta de compromiso, diligencia y hasta negligencia.

En este caso no hay medias tintas, o estás comprometido o no. Por ello, a falta de un buen esfuerzo en materia de compliance, será considerada su compañía como una empresa que no está alineada en la lucha anticorrupción, que no le da a la transparencia y la ética un lugar incluso por encima del propio proyecto o proyectos de construcción.

El sistema de cumplimiento, el plan de controles, sanciones y un manual de buenas prácticas, aunado a una capacitación constante, comunicación periódica y asertiva a todos los niveles de la organización, le llevarán a una concientización colectiva.

Esto será sin duda su mejor escudo en la prevención de esos riesgos que vimos arriba. Si es así, su gente será su mejor defensa.