Lente Mundial

Condenan a 3 norteamericanos por estafar $11 millones desde Costa Rica

por Paulo Villalobos
Observador CR

Dos estadounidenses y un canadiense fueron condenados a hasta nueve años de prisión, por elaborar un plan de telemercadeo, con el que estafaron $11 millones a ciudadanos de tercera edad, desde un centro de llamadas en Costa Rica.

Se trata de Donald Dodt (76 años), originario de Cleveland, Ohio; Thomas Sniffen (58), de Peekskill, Nueva York; y Michael Saxon (50) de Ontario, Canadá.

El juez federal del Distrito Oeste de Carolina del Norte, Max O. Cogburn Jr, les impuso – respectivamente – a 7, 9 y 6 años de cárcel, así como la respectiva restitución de $7 millones, $11,2 millones y $2,6 millones, que se pagarán solidariamente con sus co-conspiradores, informó el Departamento de Justicia de los Estados Unidos en un comunicado de prensa.

Dodt fue declarado culpable de:

En abril de 2019, Sniffen se declaró culpable de 31 cargos de conspiración para cometer fraude postal y electrónico, cargos sustanciales de fraude postal y electrónico, lavado de dinero internacional y conspiración para cometer lavado de dinero internacional.

Un mes más tarde, Saxon se señaló como culpable en virtud de un acuerdo para solo enfrentar:

Tras cinco días de juicio, las autoridades los condenaron en mayo del 2019. Ahora la sentencia quedó en firme.

Desde suelo tico se hacían pasar por autoridades

“Dodt, Sniffen y Saxon conspiraron juntos para cometer el fraude y trabajaron en un centro de llamadas en Costa Rica. Mientras se hacían pasar por jueces federales, representantes del Departamento de Asuntos Regulatorios y del Consumidor del Distrito de Columbia y otras agencias federales, incluida la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos, contactaron a las víctimas, principalmente ciudadanos de la tercera edad, para decirles que supuestamente ganaron un premio sustancial en un ‘sorteo'”, señala la nota de prensa.

Luego de convencer a las víctimas de que recibirían una recompensa significativa, los condenados les indicaron que tenían que hacer una serie de pagos en efectivo por adelantado, antes de cobrar.

Como justificación, señalaban a las víctimas que debían cubrirse tarifas de seguros, impuestos y costos de importación.

Los co-conspiradores utilizaron una variedad de medios para ocultar su identidad, como los servicios de Voz sobre Protocolo de Internet (VoIP) proporcionados por Dodt, que parecían llamar desde Washington, D.C. y otros lugares de los Estados Unidos.

El Servicio de Inspección Postal estadounidense, el Servicio de Impuestos Internos (IRS-CI) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI), con el apoyo de la Comisión Federal de Comercio y las Investigaciones de Seguridad Nacional de la Agencia de Inmigración y Aduanas, realizaron la investigación del caso.

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