(Washington, EE.UU.) El senador Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, y el representante Michael McCaul, quien ocupa la misma posición en el comité de la Cámara, instaron a cuatro presidentes centroamericanos a que utilicen su posición en el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) para evitar el financiamiento al gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua.
Xiomara Castro en Honduras, Alejandro Giammattei en Guatemala, Rodrigo Chaves Robles en Costa Rica, y Nayib Bukele en El Salvador recibieron las cartas bipartidistas firmadas por los congresistas. En estas, citan un informe publicado por investigadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) expertos en derechos humanos, que detalla crímenes de lesa humanidad cometidos por el gobierno nicaragüense contra civiles.
“Estas impactantes caracterizaciones de la situación en Nicaragua subrayan la urgencia de poner fin a un enfoque de ‘negocios como siempre’ con el régimen de Ortega-Murillo”, lee la carta enviada a los presidentes.
El BCIE es por ahora la mayor fuente de financiamiento de Nicaragua, al tener abiertas cuentas por valor de 1.586 millones de dólares en 33 proyectos, con aprobaciones en 2021 de 890 millones, tanto con el sector público como privado.
En la misiva a los dirigentes centroamericanos, los legisladores aseguraron que el BCIE “ha ayudado a fortalecer la competitividad económica de Centroamérica, y avanzar proyectos que reducen la pobreza” sin embargo, “ha provisto casi $3.500 millones en fondos para iniciativas implementadas bajo el régimen de Ortega-Murillo. Ese financiamiento provee una línea de vida al régimen en un momento de condena mundial por las violaciones de derechos humanos en Nicaragua”.
El presidente del BCIE, Dante Mossi, defendió el lunes durante un evento en Washington, la línea de financiamiento con el gobierno de Nicaragua, asegurando que como titular del organismo, cuya Junta la conforman los ministros de Hacienda y Finanzas de los países del istmo, está dispuesto “a trabajar con cualquiera que sea electo líder de un país”.
Sus posturas fueron rechazadas por analistas y observadores del evento. Mossi dice que ha tomado en cuenta los papeles a su vista que le indican que Nicaragua tiene un gobierno electo bajo las reglas democráticas, con elecciones disputadas.