Josué Alvarado
En Costa Rica ha disminuido la construcción de carreteras, caminos, puentes, trabajos de generación eléctrica, acueductos, alcantarillados y otros edificios de obra pública.
La contracción inició desde diciembre del 2017, cuando todavía gobernaba el expresidente Luis Guillermo Solís.
Durante la administración de Carlos Alvarado la construcción de obra pública se movió de forma irregular, pero siempre en cifras menores a años anteriores.
Sin embargo, desde febrero del 2021 la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC) ha detectado que la disminución en estas obras es todavía más intensa.
Para inicios del 2022 el Banco Central de Costa Rica (BCCR) reportaba que el sector construcción crecía un 6,2%, lo que representaba 9,4 puntos porcentuales más que a inicios del 2021.
Esta recuperación del sector se debe únicamente al crecimiento de la construcción de obra privada, principalmente viviendas para clase media y alta, así como edficios con fines comerciales e industriales.
Pero la construcción de obra pública más bien resta al sector, pues para enero del 2022 la variación fue de un -23,9% en comparación con el año anterior.
Esta es una de las variaciones interanuales más drásticas que ha sufrido el sector en la última década. Ni siquiera en pandemia se registró tal reducción.
Tanto la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC), como el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) han solicitado al nuevo gobierno aumentar su ejecución de obra pública, para generar mayor empleo y competitividad.
Efectos negativos para el país
El director ejecutivo de la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC), Randall Murillo, dijo a El Observador que se han identificado dos razones por las que esta inversión ha disminuido.
La primera de ellas es la falta de recursos en un momento en el que hay que priorizar. Sin embargo, la segunda y la que considera más importante, es la poca capacidad de los gobernantes para gestionar y administrar el recurso.
Por otro lado, explica que las consecuencias para el país son negativas e, incluso, van en contra de lo que Costa Rica aspira.
Por ejemplo, al caer la construcción de obra pública también disminuyen las oportunidades de empleo que aquí se generan. Con esto, se desaprovecha una de las principales fuentes de empleo para personas con baja escolaridad.
Además, dice Randall Murillo, el país pierde competitividad.
“La inversión extranjera se logra a través de muchos mecanismos e incentivos, pero también cuando tenemos la infraestructura necesaria para que los inversionistas puedan sacarle mayor rentabilidad a sus negocios”, comentó Murillo a este medio.
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Recomendaciones para el Gobierno
La CCC emitió una serie de recomendaciones a la actual administración para tratar de revertir esta realidad.
Una de ellas es garantizar la disponibilidad de agua, tanto para obras públicas, como privadas.
“El Gobierno debe tener como prioridad identificar y priorizar los proyectos de construcción de infraestructura de recurso hídrico que requiere el país en los próximos diez años”, recomienda este conglomerado.
Otra de las peticiones es buscar fuentes alternativas de financiamiento, ampliar el uso del modelo de concesiones y de las asociaciones público – privadas.
También impulsar reformas legislativas para que el Estado cuente con “mecanismos innovadores” para financiamiento.
Recientemente la CCC solicitó al Poder Ejecutivo cumplir los procesos de la ingeniería, con el fin de que los proyectos no se vean impactados y se generen problemas como sobrecostos o atrasos en la entrega.
“La administración debe tener en cuenta que un proyecto de infraestructura comprende una serie de etapas que van desde la planificación, estudios, preparación, financiamiento y diseño hasta la construcción, operación y mantenimiento de la obra”, indicó la cámara.
