Consumidores pobres son los más afectados por sobreprecios y ausencia de competencia

Cuando las empresas no tiene competidores en el mercado o las compañías de un mismo sector se unen para eliminar o reducir la competencia (lo que se conoce como “cartel”), se corre el riesgo de que exista un sobreprecio en los productos.

Si dicha situación se da en productos de consumo básico, como el arroz, las familias con los ingresos más bajos son las que resultan más afectadas. 

De esta opinión es Mario Umaña, especialista en temas de competencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quien aseguró, además, que los sectores más empobrecidos consumen productos que vienen de los mercados con más problemas de competencia (como arroz y combustibles, entre otros).

Según Umaña, los sobreprecios en los productos que consume esta población pueden ir desde un 20% hasta un 40%. 

“En términos fáciles, en los mercados donde no hay competencia los precios van a ser mucho más altos… tan altos como que si es el caso de un cartel, puede ser hasta un 40% más”, dijo el especialista.

“Para un consumidor normal de alimentos o medicamentos, 30% o 40 % es un montón, pero es todavía más impactante para aquellos que tienen menor poder adquisitivo”, añadió. 

Juan Ricardo Fernández, presidente de la Asociación de Consumidores Libres, se adhiere a la afirmación y aseguró que los monopolios y la ausencia de competencia no solo “encarecen la vida en nutrición, sino que también la ausencia de mercados abiertos limitan la inversión y la generación de empleo del país”.

“Mucho del proteccionismo del Estado, por ejemplo, está en los productos de la canasta básica como el arroz, las papas o el pollo; y el resultado natural es que los precios sean mucho más altos y esto afecta al quintil de ingresos más bajos de la población”, explicó Fernández. 

Aumento del poder adquisitivo

Si en el mercado de un producto cualquiera existiera la competencia ideal, el poder adquisitivo de las familias más pobres podría aumentar. Así lo aseguró Umaña en su exposición. 

“Hay formas de ir bajando la pobreza: con política económica, social y educativa, sí, pero todo eso tiene un costo fiscal muy grande. Hay otras formas, como la política de competencia, que tiene un costo fiscal casi cero y que podría ser que tenga un impacto en los niveles de pobreza”, dijo el funcionario del BID. 

“El beneficiario número uno de una política de competencia es el usuario”, afirmó.

Ley de competencia

Un proyecto de ley presentado por el Ejecutivo pretende robustecer las competencias de la Comisión para Promover la Competencia (Coprocom) del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) y la vigilancia de los mercados costarricenses, para evitar prácticas como la creación de carteles.

Se trata de la Ley de Fortalecimiento de las Autoridades de Competencia de Costa Rica, que se tramita bajo el expediente 21.303. 

Para Uri Weinstok, el proyecto “sí tiene mejoras importantes con relación a la ley actual”, sobre todo en el control de concentraciones y los procedimientos de investigación de prácticas monopólicas. 

“En el control de concentraciones, hace el procedimiento mucho más ágil y le agrega más certidumbre, más seguridad jurídica”, ejemplificó.