Tomás Gómez
En términos simples: científicos locales lograron identificar el orden de las 30.000 partes que componen el virus que causa COVID-19, que hasta este jueves reportaba 719 casos en el país.
El Laboratorio de Genómica del Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa) desarrolló el trabajo, el cual permitirá identificar las características particulares de la enfermedad.
“Vamos a poder utilizar esa información para saber y relacionar los virus. Saber si se parecen entre ellos, de dónde vienen, si los pacientes están compartiendo el mismo virus, si los casos están relacionados. Nos sirven para prevención, control y diagnóstico”, afirmó el coordinador del Laboratorio, Francisco Duarte, esta tarde en conferencia de prensa.
Los genomas del virus han venido cambiando en el mundo. Según el experto los hallazgos fueron comparados con genomas identificados por otros países y se encontraron similitudes con seis de ellos, dos ubicados en Estados Unidos y el resto provenientes de cuatro naciones que no se detallaron.
La directora de Inciensa, Lissette Navas, recalcó que la información facilitará la identificación de las fuentes de contagio y pulir las estrategias de vigilancia contra la pandemia, al entender más los virus que circulan.
El ministro de Salud, Daniel Salas, comentó que la identificación del “mapa” del virus representa la primera vez en que se logra la secencuación de un virus en Costa Rica, pues antes solo se había hecho para bacterias.
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Usos presentes y futuros
Duarte mencionó que el descubrimiento permite avances en el corto plazo pero también a futuro, destacando como principales ventajas:
- mapear las relaciones que va teniendo el virus
- identificar vínculos entre casos
- determinar las mutaciones de la enfermedad
- mejorar la calidad de los diagnósticos
- individualizar cepas para cuando llegue la vacuna
El científico destacó que se trata de descubrimientos recientes que culminaron hace menos de 24 horas, por lo que los resultados preliminares continuarán avanzando.
Todos los organismos tienen un genoma, el conjunto de la información genética. En la mayoría, incluido el humano, este genoma se conforma por cuatro letras: A, T, C, G, basado en el ácido desoxirribonucleico (ADN) molecular. Algunos virus patógenos, como el de la gripe o el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), tienen un genoma basado en el ácido ribonucleico (ARN), y no en el ADN.
Hace unas semanas, Allan Orozco, especialista en Bioinformática y Medicina Genómica, explicó a El Observador que si se comparan los dos genomas – ARN y ADN -, esto establece un pequeño cambio. Y ese cambio, está basado en solamente una letra del genoma. En vez de la T, presenta una U, formando esta combinación: A, U, C, G.
En términos comparativos, el genoma humano tiene 3.000 millones de letras, o caracteres genéticos de ADN; y el genoma del COVID-19 tiene 30.000 letras de ARN. El nuevo coronavirus es relativamente grande comparado por ejemplo con el virus del Ébola, que posee 19.000 letras, o el VIH que tiene 10.000 letras.
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Virus mantiene presencia
La última jornada dejó seis nuevos casos de COVID-19, lo que eleva a 719 los casos en el país. De estos, 6 han fallecido y 338 ya se recuperaron.
El promedio de edad de los contagiados es de 37 años. El grupo abarca desde bebés de un año hasta adultos mayores de 87, en su mayoría hombres de nacionalidad costarricense.
A la fecha hay 16 pacientes hospitalizados, nueve de ellos en cuidados intensivos.
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