Krissia Morris Gray
En el hospital Nacional de Niños (HNN) se dispararon los casos de menores atendidos por enfermedades de salud mental relacionados con la pandemia del covid-19.
Y es que los cambios de vida y la dinámica del entorno familiar y social generaron mucha preocupación e incluso tristeza entre los menores de edad.
Max Figueroa, psiquiatra del HNN, manifestó que a raíz de la pandemia, los estudiantes pasaron “meses en blanco”. Esto propició muchos cambios emocionales de los niños y sus familias, que terminaron en trastornos de sueño, de alimentación y depresiones.
Ante el inicio del curso lectivo, que será el próximo lunes, el especialista recomendó a los padres de familia enviar a sus hijos a las clases presenciales para que puedan bajar los niveles de ansiedad que presentan. Eso sí, con todos los cuidados sanitarios, subrayan.
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“La lista de enfermedades de la salud mental en niños y adolescentes se nos han disparado en este año. Y realmente necesitamos que regresen un poquito a la realidad (a las aulas) y esperamos que sea de forma gradual y paulatina”, reafirmó Figueroa.
El Observador solicitó los datos de casos atendidos en el 2020 frente al año anterior, pero a la hora del cierre de la nota no se obtuvo respuesta. Figueroa sí insistió en que los casos son mucho más que antes.
Ansiedad al doble
El especialista agregó que “desde el punto de vista de trastornos de ansiedad, ansiedad por separación y temor de que le pase algo a los papás o a las figuras significativas, están prácticamente al doble en este momento”.
Otro de los trastornos que generan preocupación es el incremento de la depresión.
“Tenemos un aumento notable en lo que son los trastornos depresivos. Hay mucho niño deprimido, han pasado oleadas. Hay épocas en los que están más tranquilos, pero hemos tenido diferentes momentos de depresión”, añadió Figueroa.
Ante consulta realizada por El Observador, Figueroa sostuvo que los trastornos obsesivos compulsivos en niños también aumentaron, sobre todo con preocupaciones de enfermedades y por aspectos de limpieza.
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“En adolescentes hemos visto un repunte en las conductas autolesivas o autoagresivas producto de la frustración y de la tristeza. Sí hemos visto que estas condiciones que se han agravado en este momento”, reconoció.
Agregó que siguen diagnosticando casos de menores por déficit atencional, los cuales se han hecho más notorios en los hogares.
“Y aparte de tensión familiar, especialmente en hogares donde el padre de familia se encuentra desempleado y con mucha tensión económica que han repercutido en la salud emocional de las familias y de los niños”, puntualizó Figueroa.
Krissia Morris Gray
