Cuadra ser abuelo, pero… (si no te atreves a decírselo a tu hija o hijo)

Manuel Guisande para El Observador

Te propongo un plan, si no te atreves a decírselo a tu hija o hijo, que lea este artículo a verse si se enteran.

¿Si se enteran de…?, ¿de qué se tienen que enterar? Pues de que eres abuelo o abuela y que no estás por la labor de levantarte todos los días por la mañana para llevar a tu nieto al cole.

O de recogerlo a la hora de comer y que, por la tarde y algún finde, se quede en tu casa porque ellos se van de fiesta.

O se lo dices, bien dejando el móvil encendido en este artículo, o de palabra. Es que a este paso un día te van a pedir las notas y son capaces de regañarte porque solo has sacado un sufi en “Cuida a tu nieto”… lo veo venir.

Tú no eres abuelo, eres un abuelazo, pero quieres serlo a la antigua usanza: que lo ves cuando te apetece, que lo llevas al parque cuando quieres, y le das confites cuando te da la gana.

¡Síííí, joéé!, ¡¡¡Le das confiteess!!!, dos o tres, no kilos de azúcar; son ¡¡¡confitesssss!!, que si fueran kilos se llamarían ¡¡¡¡kiloosss!!!, pero nooooo, se llaman ¡¡¡¡confitessss!!!!

Ya empezamos…

Yo sé, porque eres un buen mae, que igual te dices: “es que si no lo llevo yo al cole…”. Bueno, bueno, ya empezamos con los cargos de conciencia; si no lo acompañas no pasa nada, lo llevan ellos, que ellos, por si no lo pillas, son sus padres.

Sí, el chaval tiene padre y madre, al igual que el albaricoque tiene hueso; no es huérfano; ni un niño perdido en la II Guerra Mundial. Lo que tiene el chaval, además de ser un santo como tú, son unos progenitores que son unos montados.

Que lo lea

“Pero como ellos trabajan…”, ya estamos; pues claro que trabajan, lo que hace todo el mundo, pero que no son mineros llevando en una jaula un pajarito por si hay grisú, que ese tiempo ya pasó.

¡¡Claro que a los hijos hay que ayudarlos!!, pero una cosa es echarles una mano puntualmente y, otra…

Mira, yo te entiendo y sé que quieres mucho a tu nieto y que antes de que le pasara algo darías la vida por él, vale; pero eso, lo de dar la vida, solo ocurre en las películas y en las guerras.

Ve por la ventana, anda, mira por la ventana, y verás que no pasa nada, que por el cielo siguen volando los pájaros y ni rastro de un bombardeo. Y en las películas…, película es la que te estás montado tú.

De todos modos, salvo que el pequeño termine en un circo como “¡el niño que nunca creció!!, ¡¡pasen, pasen y vean!!!”,  en nada se hará un mozuelo y que el asunto de llevarlo al cole tiene su final. Pero, hasta entonces, tú deja el móvil encendido con este artículo, igual con suerte te dan más recreos.

Del libro “¿Se es viejo a los 60?, tás de broma” Amazon