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¿Cuál madre?

Dra. Isabel Gamboa para El Observador Nunca me dijeron que debía ser madre, porque era algo que se daba por…

Por Redacción El Observador

Tiempo de Lectura: 2 minutos
¿Cuál madre?
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Dra. Isabel Gamboa para El Observador

Nunca me dijeron que debía ser madre, porque era algo que se daba por sentado, no hacía falta, porque eso no se pensaba ni se decidía; por eso, cuando dije que no quería -tras años de dudas y culpas horribles- decepcioné a todo el mundo.

Pero mi duda fue más poderosa: ¿si me embarazaba todos mis proyectos de crecimiento individual se pararían por años o se esfumarían? Las mujeres sabrán responder muy bien esta inquietud.

Libre ya de culpas, con un inmenso alivio y con conocimientos científicos respecto al tema, años después le pregunté a mamá cuál de sus embarazos, de los seis que tuvo, eran deseados por ella: ninguno, me respondió.

Es normal, le dije -conteniendo el paradojal dolor que me ocasionó imaginar una vida obligada a criarnos- no todas las mujeres queremos ser madres, lamento que usted se viera forzada a tenernos.

Mamá es una de muchas mujeres que, aún hoy día, sienten que deben ser madres: la maternidad es una de las instituciones más poderosas para mantenernos a las mujeres en el lugar doméstico; tan es así, que amarra a lo doméstico aún a aquellas que tienen un trabajo asalariado y prestigioso. A eso se refería la psicóloga española Victoria Sau Sánchez con el título de uno de sus libros, Madre no hay más que ninguna.

Es tan poderosa esta institución que a las que no hemos querido serlo, nos endilgan una maternidad cultural vista en frases como “y a aquellas que sin serlo nos cuidan…” O algunas mujeres dicen de sí que son madres de sus perros o de sus gatos.

Quisiera que quitáramos la mirada de aquella imagen romantizada y poco real de la mujer que cuida día y noche, haciéndose a un lado a ella y a sus proyectos, con una apacible sonrisa en la cara, y volteemos a mirar a las otras que, como mamá, no quisieron; a otras que quieren y lo disfrutan pero se cansan y frustran muchas veces; a las que quisieron y luego se arrepintieron, a las que en medio de todo, aún no saben cuál es su deseo.

A esas, múltiples, confusas y cambiantes mujeres que, siendo madres, lo son como pueden.

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