Confidencial, Nicaragua
Informe reproducido con autorización de Confidencial, Nicaragua
(Managua). Valdrack Jaentschke, un funcionario ampliamente cuestionado por su persecución contras las oenegés, fue designado ministro consejero en la misión diplomática en Costa Rica.
La designación se hizo el pasado 7 de julio por parte de la administración de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
La Dirección de Migración confirmó a El Observador que Jaentschke ingresó a Costa Rica el pasado 24 de julio.
Su designación no requiere el beneplácito del gobierno de Rodrigo Chaves puesto que no ocupa el cargo de embajador.
Por cierto, la legación nicaragüense en San José no tiene embajador (a) desde el momento de la designación de Jaentschke. El puesto lo ocupaba Duilio Hernández, quien -de manera inexplicable- renunció también al servicio diplomático.
De allí que la cuestionada figura de Jaentschke quedó al frente de una de las embajadas más importantes de Managua.
Sus planes en Costa Rica
Fuentes consultadas por Confidencial -y que pidieron el anonimato por temor a represalias- aseguraron que el nombramiento de Jaentschke en la Embajada de Nicaragua en Costa Rica se hizo para alcanzar tres “misiones específicas”.
- Uno: la búsqueda de un acercamiento con el Ejecutivo de Rodrigo Chaves
- Dos: el cabildeo con empresarios y diputados costarricenses para “normalizar” la relación con el gobierno de Daniel Ortega.
- Tres: la menos pública de todas y es conspirar contra la oposición y la sociedad civil desde suelo costarricense.
“Tiene capacidad conspirativa. Si consigue recursos económicos para ejecutar acciones, lo hará. También aglomerará a la gente que es del FSLN y está en Costa Rica”, dijo uno de los consultados.
¿Quién es esta figura?
El ahora alto funcionario de un régimen que ataca la cooperación internacional y condena a las organizaciones de la sociedad civil, se destacó en los años 90 como un interlocutor de la sociedad civil. Él gestionó el financiamiento de proyectos con fondos estadounidenses.
En febrero del 2021, Valdrack Jaentschke fue destronado de su poder en la Cancillería de Nicaragua después de 14 años como viceministro de Relaciones Exteriores.
En aquel entonces, su salida fue una decisión inapelable de Rosario Murillo, vicepresidenta, vocera del gobierno y esposa de Daniel Ortega.
Seis meses después, reapareció en puestos estratégico para la administración sandinista. Pero, en especial, su nombre tomó mayor vuelo cuando empezó con la persecución contra las ONG.
Valdrack Jaentschke es un operador político “hábil e inteligente y yo agregaría —por esas dos razones— un tercer rasgo: peligroso”, sostuvo a Confidencial una fuente del sector de la sociedad civil que lo conoce desde hace más de dos décadas.
Otras cinco personas que conocen de cerca su trayectoria, y aceptaron hablar bajo condición de anonimato, lo describen como: bailarín y chistoso, pero también puede ser siniestro y conspirativo.
También tiene experiencia en inteligencia respaldada por su pasado en la extinta Dirección General Seguridad del Estado (DGSE) en los años ochenta, durante el primer gobierno de Daniel Ortega.
Vocero de la represión de Ortega
La nueva lógica del Gobierno sandinista, inaugurada en 2007, fue presionar a los gobiernos y agencias de desarrollo para centralizar la cooperación y cerrar los espacios de participación de las organizaciones de la sociedad civil.
Jaentschke respaldó activamente la primera oleada contra las organizaciones no gubernamentales en 2007 y 2008.
En aquel entonces el Gobierno atacó al Centro de Investigaciones de la Comunicación (Cinco), el Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM) y la Coordinadora Civil, entre otros.
En 2016, el régimen de Ortega expulsó del país a la representante del PNUD, Silvia Rucks. También canceló los programas de cooperación de este organismo de Naciones Unidas y en el que Jaentschke trabajó más de tres años para fortalecer a la sociedad civil.
El sandinismo acusó al PNUD sin ninguna prueba de estar infiltrado por partidos políticos opositores.
A raíz del estallido de la Rebelión de Abril, en 2018, Jaentschke se destacó por sostener una línea de defensa de Ortega en los foros internacionales.
Allí justificó la represión que dejó 355 muertos, 2.000 heridos, centenares de presos políticos, y centenares de miles de exiliados.
Según una fuente vinculada al grupo de costeños del FSLN, “su mayor aspiración es ser nombrado embajador del Gobierno en Washington”.
Allí el actual embajador Francisco Campbell ha presentado tres veces consecutivas su renuncia, pero no ha sido aceptada. La última palabra sobre el destino político final de Jaentschke, otra vez, la tiene Rosario Murillo.
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