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¿Cultura de la cancelación? Un fenómeno que gana fuerza en redes sociales y Costa Rica no es la excepción

Un hombre apareció en un video lanzando un gato desde lo alto de una torre de apartamentos en Curridabat, semanas…

Por Sergio Arce

Tiempo de Lectura: 3 minutos
¿Cultura de la cancelación? Un fenómeno que gana fuerza en redes sociales y Costa Rica no es la excepción
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Un hombre apareció en un video lanzando un gato desde lo alto de una torre de apartamentos en Curridabat, semanas atrás. Esta persona no solo perdió su trabajo, sino que tuvo que dejar el condominio donde vivía pero, además, las redes sociales estallaron en su contra y hubo amenazas contra su integridad física.

Asimismo, la Fiscalía General de la República abrió una investigación en contra del sujeto de apellido Saborío quien, tras la divulgación del video, se disculpó por lo ocurrido.


J.K. Rowling, la autora de Harry Potter, realizó una declaraciones transfóbicas al cuestionar el derecho de las mujeres trans a ser consideradas mujeres.

Primero la comunidad trans le expresó su repudió; ella repudió ese repudio, y numerosos grupos y colectivos -muchos de ellos seguidores de sus libros- repudiaron el repudio de la escritora al repudio de la comunidad trans.

En pocos días la afamada autora vio como su nombre era masacrado en las redes sociales con biocots y censuras en Instagram y Twitter.

J. K. Rowling


Esta misma experiencia la vivió el artista urbano colombiano J Balvin, en mayo del 2019, cuando expresó su apoyo a Chris Brown, el rapero que golpeó agredió a Rihanna en el 2009 y que fue detenido en París tras ser acusado de violación en enero del año pasado.

“Perdón a todos quienes ofendí y la gente que me canceló de sus vidas”, fue la disculpa del colombiano para tratar de evitar ser blanco de un fenómeno que cada día toma fuerza: la cultura de la cancelación social.

¿Cómo nació este fenómeno?

Según lo define en inglés Dictionary.com se trata de “una práctica popular que consiste en retirar el apoyo a personajes públicos y compañías tras haber hecho o dicho algo considerado objetable u ofensivo”.

El Macquarie Dictionary la define con otras palabras: “Las actitudes que promueve o adopta una comunidad para retirarle el apoyo a un personaje público, normalmente como respuesta a una acción o comentario socialmente inaceptable”.

El The New York Times asegura que este movimiento tiene sus raíces en el Black Twitter, la red de usuarios de la comunidad negra en Estados Unidos, tras un episodio de un programa televisivo, que tomó fuerza en el año 2017 con el ascenso del movimiento #MeToo y las denuncias de acoso sexual contra el producto Harvey Weinstein y el afamado actor Kevin Spacey de la serie de Netflix House of Cards.

Los más jóvenes simplemente usan el término cancelled (cancelado) para referirse a una persona -como el sujeto que mató al gato- y simplemente la anulan y que, de acuerdo con sociólogos y psicólogos, la principal consecuencia es la pérdida de la capacidad de discusión, porque ya existe un veredicto social y mediático.

Abelardo Morales, sociólogo de la Universidad Nacional, calificó este fenómeno como un “circo romano” que se trasladó a las redes sociales de manera “descarnada”, y la persona atacada es expuesta sin paliativos.

“Hay una enorme irracionalidad que se destila en las redes sociales con la persona que expresó una opinión o hizo un acto como, por ejemplo, el hombre que cometió el crimen contra el gato y que obliga a estas personas expuestas a cerrar sus redes sociales y a recibir amenazas”, expresó el sociólogo.

Gael Policano Rossi, autor de Guía Astrológica para vivir en la Tierra, explicó a Infobae que esta cultura de la cancelación ofrece a grupos de intereses variados una especie de justicia inmediata.

“Si todos cancelamos a un artista porque nos enteramos que hizo algo terrible como abusar de menores, todos sentimos una gratificación por esa idea de justicia instantánea. Sin embargo, uno de los grandes problemas de esto es la esencialización: pasar del alguien dijo algo que puede ser problemático, a ese alguien es problemático”, explicó Policano a este sitio de noticias argentino.

Este panorama llevó a una serie de personalidades, entre ellas la misma J.K. Rowling, a alertar sobre los riesgos que se ciernen sobre la libertad de expresión, en particular sobre la pluralidad de pensamientos, en virtud del llamado pensamiento único.

Y el pensamiento único no es más que el establecimiento de parámetros sobre lo que está bien pensar y qué no, y al que se sale de esos límites simplemente se le cancela.

El sociólogo de la UNA apunta a que este pensamiento único cayó en el terreno fértil de las redes sociales: aquí todo se polariza, no hay términos medios y los consensos son cada vez más difíciles.

Pero hay una realidad innegable: “Nunca antes como ahora se pudo decir tanto, de tantas formas y en tantos formatos. Nunca antes como ahora a su vez se hizo tanto por romper el silencio que invisibiliza ciertas realidades.

“Creo que estamos en pleno proceso de probar nuevas categorías con el lenguaje, y que ese proceso es político, por eso a veces se torna violento. Y cuanto más visible es la voz que ignora una identidad, más violento es el reclamo”, dijo a Infobae la filósofa Diana Maffia.