Paulo Villalobos
El sacerdote de apellido Brenes, detenido el miércoles como sospechoso de abandonar a su sobrino en un desierto de Estados Unidos, quedó libre y sin medidas cautelares.
Así lo determinó el Juzgado Penal de Turno Extraordinario del I Circuito Judicial de San José, según confirmó este jueves la oficina de prensa del Ministerio Público.
La Fiscalía Adjunta contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito solicitó que al imputado se le impusiera:
- firmar una vez al mes
- impedimento de salida del país y entrega del pasaporte
- no comunicarse por ningún medio con víctimas y testigos
No obstante, la petición fue rechazada. El Ministerio Público presentó un recurso de apelación, que deberá ser conocido por el Tribunal Penal de la jurisdicción.
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¿De qué trata el caso?
Brenes es cura de la parroquia de Sardina de Carrillo, en Guanacaste. Es investigado por la supuesta comisión de los delitos de tráfico ilícito de migrantes y abandono de un incapaz. Figura como encartado en el expediente 18-00031-1321-PE.
La pesquisa busca ahondar en los hechos ocurridos el 19 de junio del 2018. Ese día, Brenes salió con su sobrino vía aérea a México. Luego se trasladó a Hermosillo, Sonora, a 287 kilómetros de la frontera entre ese país y Estados Unidos. Una vez en el lugar, Brenes habría abandonado al menor en el desierto.
Tres días más tarde, agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. encontraron al niño solo, sentado en una roca en Luckville, Arizona, con una nota que decía “voy buscando a mi mamá”. La temperatura era entonces de 38 ℃.
Las presuntas coordinaciones del imputado se dieron para que el niño llegara a Estados Unidos, donde permanecía su madre. En aquella oportunidad, el Consulado de Costa Rica en Nueva York contactó a la madre del menor para entregarle al niño.
El miércoles, la Policía Profesional de Migración (PPM) capturó al sujeto en vía pública, frente a la casa cural de Sardinal de Carrillo, Guanacaste. Luego fue trasladado desde el aeropuerto Daniel Oduber en Liberia, al Tobías Bolaños en Pavas.
Paulo Villalobos
