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Natalia Calderón para El Observador
En la primera infancia -de cero a seis años-, los niños tienen muchos desbordes emocionales o enojos recurrentes. ¿Cómo podemos ayudar a los niños a mejorar su bienestar diariamente?
Lo primero es recordar que en esta etapa están construyendo su propia identidad y la forma explosiva (enojos recurrentes) se da al no contar con herramientas para gestionar las situaciones o conflictos.
Por lo tanto es fundamental entender que estos desbordes emocionales son parte de su desarrollo o trayectoria infantil, lo más importante es prevenir y acompañar.
¿Qué podemos hacer?
Es fundamental que el adulto, logre gestionarse y mantener su calma (ser calma en la tormenta del niño). Y pueda modelar el autocontrol.
Además, el contacto con la naturaleza es fundamental, ya que funciona como un regulador natural del sistema nervioso. Por tanto, darle prioridad el aire libre, versus la exposición a tecnología (supervisar tiempo pantallas).
Cuidar los excesos de azúcar y procurar una alimentación equilibradamente sana es importante también.
Descanso adecuado, higiene del sueño, rutina para dormir. Tener una rutina para dormir, que les ayude a ir entrando en procesos de relajación.
Practicar ejercicio físico todos los días. El ejercicio físico aporta muchos beneficios; entre ellos: reducción del estrés, oxigenación del cerebro, se aprende a seguir reglas, hace niños más felices y favorece el rendimiento académico.
Además, es muy importante practicar respiración consciente todos los días. Por ejemplo, Inspirar como respirando el aroma de una flor y expirar como soplando una candela. Respiración profunda, mientras mamá cuenta hasta 10.
Comprender como adultos las etapas del desarrollo infantil y modelar la calma es la mejor forma de apoyar a nuestros hijos durante esta etapa.
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