Blog
Carlos Peña para El Observador
Hace unos meses tuve el honor de conocer a Monserrat Ruiz, quien para mí es la mayor exponente de la Economía Social Solidaria en el país.
Cuando ella me empezó a hablar sobre este tipo de emprendimientos sociales consideré toda un área de oportunidad para generar empleo, bienestar y transferencia de riqueza en una sociedad cada vez más compleja.
Revisando con detalle qué significa este concepto lo puedo describir como una categoría de emprendimientos sociales que busca crear, por medio de alternativas productivas y asociativas, fomentar el comercio justo, equitativo, solidario tomando en cuenta el entorno ambiental.
En Costa Rica este tipo de emprendimientos son liderados por asociaciones productivas, fundaciones y cooperativas.
El centro son las personas
La economía social solidaria pone en el centro de la economía a las personas y no solamente al capital.
Algunos detractores consideran que es contraria a la noción capitalista de nuestro sistema económico, ya que los fines empresariales de empresas de economía social solidaria parecieran ser alternativas de subsistencia más allá de acumulación y creación de riqueza monetaria.
Estos detractores no dejan de tener algo de razón. Si no es por el espíritu capitalista sería mantener el círculo de falta de innovación y competitiva de nuestro mercado costarricense actual.
Recordemos que hace un tiempo me referí a un estudio de Banco Interamericano de Desarrollo que aqueja del principal problema en Costa Rica es la “trampa del ingreso medio”. Entendiéndose todo lo anterior que el problema es de producción.
Las empresas de Economía Social Solidaria parecieran ser, en primera instancia, que no rechazan la acumulación de riqueza, pero no lo tienen como un fin principal. Su fin principal es crear un marco empresarial que permita generar ingresos a sus miembros.
Por ejemplo, en las cooperativas de autogestión reúnen una serie de servicios que finalmente son vendidos por la cooperativa como organización central y reparten dividendos por medio de la participación de cada persona.
No soy experto en cooperativismo y me falta mucho por ahondar, pero no hay que dejar de señalar que muchas cooperativas trabajan prácticamente para mantener un grupo de empleados administrativos y no necesariamente para repartir los rendimientos.
Repartir bienestar
Algunas corrientes ideológicas desde el Siglo XIX han venido hablando que es por medio de la economía social solidaria la mejor forma de repartir bienestar sin alterar las condiciones del mercado abierto que muchas economías mantienen.
En una conversación hace pocos días con Monserrat Ruiz, directora actual de la Cámara de Economía Social Solidaria y candidata por el tercer lugar de Alajuela con el Partido Liberación Nacional, me quedó claro que hay mucho camino por recorrer.
Me comentaba esta experta que es necesario impulsar un cambio en la legislación que existe en Costa Rica aplicable a emprendimientos sociales, existen muchos problemas normativas para que las fundaciones y asociaciones puedan operar bajo las ideas de la economía social solidaria.
Desde mi lectura puedo inferir que Monserrat Ruiz llegará a tener una participación destacada con propuestas dirigidas a corregir distorsiones que ella considera relevantes a resolver, tal cual en la forma que legalmente se organizan estas entidades empresariales.
En Costa Rica quien lidera este tema es el Ministerio de Trabajo, pero no sé si enteramente debería ser un ministerio que no genera política para crear empleo debiera tratar un sector tan importante de la parte productiva de nuestra sociedad.
¿Hay política gubernamental?
Estaba revisando la política generada por el actual Gobierno de la República para el periodo 2021 a 2025, pero sigo sintiendo que quienes la redactaron no entienden que estamos hablando de emprendimientos productivos.
Desde mi perspectiva debiera, toda esta política pública, ser manejada por medio del Ministerio de Economía, Industria y Comercio.
Y mejor si se hace directamente en una unidad operativa que trate a estos emprendimientos sociales como lo que son, empresas.
Inclusive, quizás, la Dirección de Pequeña y Mediana empresa debería ser quien maneje todos los temas relacionados a la economía social solidaria.
Durante los esfuerzos de diálogo del Gobierno de la República la participación de la próxima a ser diputada, Monserrat Ruiz fueron muy importantes ya que hacer ver la importancia de estas unidades productivas valida la lucha que tantas organizaciones ha tratado de gestar.
En mi experiencia en zona rural, donde especialmente se dan este tipo de emprendimientos, comprendí que son emprendimientos como cualquier otro, requieren, y completamente carecen usualmente, de:
- Gobierno Corporativo
- Prácticas corporativas comerciales
- Gestiones de ventas
Pero se encuentran estos emprendimientos en un limbo extraño que son atendidos por un Ministerio de Trabajo y Seguridad Social que ha aclarado muchas veces que su función no es crear empleo (entonces no sé qué exactamente es lo que hacen o para qué sirve) y tampoco es atendido por el MEIC.
Invito a las autoridades venideras a reflexionar sobre el importante papel que estas empresas juegan en nuestra economía y gestemos una unidad de apoyo especializada a estas unidades productivas.
Blog
