Tomás Gómez
Se acabó la confianza.
Al medio día de este lunes, Edgar Mora dejó de ser el Ministro de Educación Pública. Así lo anunció el propio jerarca, en la Casa de Gobierno, donde se presentó ante la prensa acompañado de un grupo de quienes ahora son sus excompañeros de Gabinete.
“Señor Presidente, con buena voluntad, inmenso respeto, amabilidad, le devuelvo el mandato como Ministro de Educación (…) Salgo de su Gobierno con la templanza con la que llegué”, aseguró al filo de las 12:30 p.m.
Mora leyó una carta que dirigió al presidente Carlos Alvarado y posteriormente se retiró de la sala.
El rumor que circuló desde anoche, a través de redes sociales, se confirmó.
Con la dimisión del Ministro de Educación, atrás queda una semana de protestas en la que estudiantes de secundaria reclamaron por la compra de drones, la implementación de baños neutros y la tramitación de la educación dual.
A ese clamor se unieron transportistas, quien hoy, al circular versiones de la salida de Mora, aseguraron que pese a ello, mantendrán sus protestas porque hay otros puntos en la agenda de los grupos sociales que no se saldaron, como la prórroga al Impuesto del Valor Agregado (IVA).
“Aferrado a su cargo”
Hasta el jueves pasado, Mora aseguraba que su salida no estaba en discusión y el presidente Alvarado declaraba que “los ministros nombrados gozaban de su confianza”.
Pero la situación cambió conforme aumentaron las protestas y los bloqueos en las calles.
Edgar Mora fue un jerarca polémico desde los primeros días de su gestión.
Antes de ingresar al Gobierno, se le cuestionó su idoneidad para el cargo. A tan solo un mes en su puesto le llegó el primer incendio por un tuit en el que escribió: “Suicidarse es una manera de decir la verdad, posiblemente la más vehemente de todas”.
Por eso los diputados intentaron castigarle con una moción de censura que fracasó, pero semanas después se lograron juntar 40 votos con los que los legisladores se pronunciaron en contra de los protocolos para la prevención del suicidio.
Vino después la huelga contra el Plan Fiscal y las aulas fueron quedando vacías desde setiembre. Incluso, para aplicar las pruebas de bachillerato fue necesario una convocatoria nacional de voluntarios.
El ciclo lectivo del 2018 cerró por adelantado y el 2019, que venía sin contratiempos, se juega ahora su suerte en medio de huelgas intermitentes por parte de los maestros y manifestaciones por parte de los estudiantes.
Acciones como la compra de drones, la pruebas FARO y más recientemente la decisión de implementar el uso de baños neutros en los centros educativos, volvió a poner al jerarca en la mira pública.
El malestar de algunos sectores como estudiantes, padres de familia, gremios y sindicatos generó protestas y bloqueos en las vías, en distintos puntos del país.
Incluso los diputados recomendaron al Gobierno valorar la continuidad de Mora en el Gobierno, quien se convirtió en una figura incómoda para la Administración Alvarado.
