Sergio Arce
Cada vez metido en su piel de productor agrícola, Édgar Silva ha alzado la voz en reiteradas ocasiones en sus redes sociales sobre el valor de la producción nacional.
En entrevista con El Observador -el viernes pasado-, el vecino de Heredia aseguró que quienes cultivan la tierra “no pedimos un precio justo, porque la justicia es muy relativa. Lo que pedimos es un precio digno”.
Así lo dijo mientras vendía aguacates Hass en el parqueo del Ministerio de Agricultura (MAG), donde también había productores agrícolas, ventas de golosinas y pupusas.
Él insiste en la importancia de que los productores puedan tener espacios como el de este viernes en el parqueo del MAG.
Esto para que sean los productores los que vendan directamente y puedan ofrecer mejores precios a los consumidores, sin necesidad de recurrir a intermediarios, insistió.
Cinco cajas en una hora
En esta jornada matutina, el oriundo de Liberia vendió poco más de 15 cajas de aguacate en un abrir y cerrar de ojos.
Solo en cuestión de una hora, en el lapso de 6:40 a.m. a 7:35 a.m.-, Silva vendió cinco cajas de esa fruta, que sale directamente de su finca en Santa María de Dota.
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“Buenas, qué tal. ¿En qué le sirvo?”, le dijo a una señora que acudió poco después de las 7 a.m. con cara de saber lo que quería.
“Ay qué ricos se ven… ¿en cuánto los tiene?”, le dijo al comunicador, y él le respondió: “A ¢2.500 el kilo”.
A otra clienta le comentó: “Mi recomendación es que los deje afuera por unos cinco o seis días. Y cuando los vea ya pintones entonces se coma uno y los demás los guarde en el refrigerador”.
