Desde la Columna
Francisco Soto para El Observador
Las últimas Perspectivas Económicas de la OCDE predicen una recesión brutal, incluso en los escenarios más optimistas.
Si se evita una segunda oleada de infecciones, se espera que la actividad económica mundial disminuya en un 6% en 2020. El caso de Costa Rica es más preocupante.
De acuerdo con un estudio reciente realizado por la Cámara de Comercio de Santiago de Chile (CCS), a consecuencia de la pandemia del COVID-19, el nuestro está entre las tres naciones que más empleo perdió en todo el mundo con 21%.
Lo más perjudicial del desempleo es la desigualdad entre los trabajadores; el teletrabajo suele ser una opción para los más calificados, pero difícil para personas con niveles de educación más bajos. Muchos de ellos han estado en primera línea en la respuesta a la pandemia, prestando servicios esenciales a la sociedad.
Hoy, los jóvenes tienen más probabilidades de obtener un título universitario que sus padres, pero menos probabilidades de seguir una trayectoria profesional.
Por otra parte, los jóvenes con una formación vocacional de nivel secundario superior tienen más probabilidades de estar empleados que los que tienen una formación secundaria general.
Palanca para la recuperación
De acuerdo con la Fundación CEDE de España “Después de superar la crisis sanitaria derivada de la COVID-19, tendremos que superar una de las mayores crisis económicas de la historia. La educación y formación técnica dual deben ser, en los próximos años, una de las palancas de la recuperación”.
El país ya cuenta con la ley N° 9728 de Educación y Formación Técnica Dual. Es como un marco jurídico moderno que da seguridad a las empresas educativas, formadoras y a los alumnos, mediante procesos de aprendizaje de calidad que facilitan una formación integral y una mejor transición al mercado laboral.
Entre algunos de los beneficios de esta ley para las empresas en el entorno actual están, el ahorro de los costos de reclutamiento e inducción y entrenamiento; disminución de la rotación del personal, y aumento de la productividad y calidad de los productos y procesos.
Competitividad y las Competencias Laborales
La educación y formación técnica dual garantizará una sólida base de especialistas calificados, creando así los fundamentos para la competitividad global, ya que las empresas pueden contar con una oferta de mano de obra calificada.
Se espera que la mayoría de los especialistas que se formen por la educación y formación técnica dual han sido capacitados en las instalaciones de la misma empresa empleadora. Por lo tanto, las competencias laborales de estos especialistas son las requeridas y apropiadas para la empresa, generando resultados efectivos.
Estos argumentos merecen tomarse en cuenta para fomentar e implementar el desarrollo de la educación y formación técnica dual en nuestro país, puede contribuir a generar un sistema justo de acceso a las oportunidades, a través de una buena formación que reduce el riesgo de ser desempleado.
¿Están las empresas y organizaciones valorando la educación y formación técnica dual como una palanca de recuperación ante la crisis actual?
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