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EE.UU. y China seguirán dialogando, a la sombra de los aranceles

Estados Unidos y China van a continuar el viernes sus negociaciones para intentar sellar un acuerdo comercial, a la sombra…

Por AFP

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EE.UU. y China seguirán dialogando, a la sombra de los aranceles
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Estados Unidos y China van a continuar el viernes sus negociaciones para intentar sellar un acuerdo comercial, a la sombra del aumento de aranceles que acaba de entrar en vigor y amenaza las pláticas.

El alza de 10% a 25% en los aranceles sobre $200.000 millones de bienes chinos importados, entró en vigor este jueves.

La medida había estado suspendida desde enero por decisión del presidente Donald Trump para dar tiempo a los negociadores de platicar con mayor tranquilidad. Pero el mandatario estadounidense decidió cambiar de proceder, argumentando que las discusiones no avanzaban con suficiente rapidez y poniendo en duda la buena fe de los negociadores chinos.

El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, se reunieron con el presidente Trump “para discutir las negociaciones comerciales en curso con China”, informó la noche del jueves un portavoz de la Casa Blanca, Judd Deere.

Los secretarios estadounidenses dijeron haber tenido “una cena de trabajo con el viceprimer ministro chino Liu He”, durante la cual acordaron continuar las conversaciones el viernes por la mañana en la oficina de Lighthizer, añadió.

Liu He había dicho sin embargo a la televisión pública china antes del comienzo de la ronda de negociaciones del jueves, que un aumento de los aranceles era “perjudicial” para las dos economías.

Aún así, el funcionario chino había estimado que las negociaciones eran “prometedoras” y aseguró que había viajado a Washington “con sinceridad”.

Indirectamente se refirió así a acusaciones de Lighthizer y Mnuchin que el lunes afirmaron que China había dado marcha atrás sobre acuerdos alcanzados en las sesiones anteriores de negociación, en señalamientos que Pekín señaló de infundados.

“Sigue siendo posible”

El jueves, las pláticas fueron retomadas en un clima de relativa calma, con Trump afirmando que un acuerdo “sigue siendo posible”.

“Es posible hacerlo”, dijo. “Recibí una hermosa carta del presidente Xi. Trabajemos juntos y veamos si se puede hacer algo”, comentó Trump, aunque a la vez aseguró estar más que feliz de recurrir a los aranceles para resolver las pendencias con China.

El peso sobre los negociadores es grande, pues deben refundar la relación comercial entre las dos principales economías mundiales, que se disputan el dominio del campo de las altas tecnologías.

Washington exige la reducción del enorme déficit comercial con China, que Pekín respete los principios del mercado, reduzca sus masivos subsidios y termine con el supuesto robo de tecnología estadounidense.

Analistas dicen que China es reticente a hacer concesiones por cuánto podrían socavar al propio Partido Comunista que la gobierna.

Pero antes de los últimos impasses, las actuales discusiones habían sido presentadas como las últimas antes de una cumbre entre los dos presidentes con el fin de firmar un histórico acuerdo bilateral.

China “no capitulará”

Más temprano, el Ministerio de Comercio de China dijo que no “capitulará ante ninguna presión” y amenazó con aplicar represalias tras enfatizar en el deterioro drástico de las negociaciones.

La parte china “mantiene sus promesas y eso no ha cambiado”, dijo el ministerio, sin adelantar las medidas que Pekín podría aplicar.

Desde el año pasado ambas potencias se aplicaron recíprocamente aranceles a bienes por valor de $360.000 millones; perjudicando a la agricultura estadounidense y a los sectores manufactureros de ambas.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) reiteró el jueves que “las tensiones entre Estados Unidos y China en la esfera comercial son una amenaza para la economía global”.

El Departamento de Comercio de Estados Unidos informó que en marzo el déficit comercial con China fue el más bajo en tres años con exportaciones en ascenso e importaciones en baja, especialmente en artículos como teléfonos.

La súbita efervescencia del conflicto afectó a los mercados y perturbó a los exportadores estadounidenses.

Pero el mensaje de Xi a Trump pareció aliviar un poco los nervios de Wall Street el jueves y el índice Dow Jones recortó en algo las pérdidas con las con las que había abierto y cerró con baja de 0,5%.

Las plazas chinas abrieron en verde el viernes, tras haber cerrado a la baja la víspera.

Productores chinos dijeron que el abrupto anuncio de aranceles había generado una mayor confusión en los negocios y puede generar costos más elevados, despidos y graves efectos en la producción de todo el sureste de Asia.

Mientras, compañías estadounidenses se quejan por la pérdida de mercados, interrupciones en la cadena de suministros y costos más altos. Pero el país sigue mostrando solidez en su economía y está a un tris del pleno empleo.

En cuanto al conflicto, ambas partes creen estar mejor posicionadas que la otra como para sobrevivir, advirtió Scott Kennedy, experto en comercio del Center for Strategic and International Studies.

Los chinos “no se ven a sí mismos como frágiles y creen que Estados Unidos crece a gran ritmo debido a rebajas de impuestos que no podrá seguir afrontando”, dijo.

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