Tomás Gómez
Una etapa del arte centroamericano acabó este domingo con la muerte del poeta nicaragüense Ernesto Cardenal.
El artista, de 95 años, deja un legado en otros espacios como la escultura y las artes plásticas.
Su muerte tuvo en lugar en Managua y los medios locales la atribuyen a un deterioro renal y cardíaco.
Cardenal, el revolucionario
Dimensionar la huella de Ernesto Cardenal pasa también por reconocer su veta política, desde donde fue acérrimo enemigo de las dictaduras somocistas.
Formado como sacerdote, el nicaragüense de convirtió con los años en una de las caras más reconocidas de la “Teología de la Liberación”.
Caído el régimen pasó a tener una participación activa en la Revolución Sandinista, de la que fue Ministro de Cultura.
El rol le valió un regaño público del papa Juan Pablo II durante su vista en a Nicaragua en 1983.
Para r 1984 su investidura religiosa fue retirada por El Vaticano, hasta el año anterior cuando el papa Francisco se la retornó.
En política su faceta más activa acabó en 1994 cuando se retitó del Frente Sandinista de Liberación Nacional por desacuerdos con Daniel Ortega.
Desde entonces su labor volvió al arte sobre todo en las Islas de Solentiname y el proyecto cultural “La Casa de los Tres Mundos”.
