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¡El buen humor está de luto! Murió Marcos Mundstock, integrante de Les Luthiers

El buen buen humor, ese fino, punzante, pensante e incisivo está de luto por la muerte de Marcos Mundstock, integrantes…

Por Redacción El Observador

Tiempo de Lectura: 3 minutos
¡El buen humor está de luto! Murió Marcos Mundstock, integrante de Les Luthiers
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El buen buen humor, ese fino, punzante, pensante e incisivo está de luto por la muerte de Marcos Mundstock, integrantes de Les Luthiers, quien este miércoles perdió la batalla frente a una enfermedad que le fue diagnosticada en febrero del año pasado.

La noticia fue confirmada por el grupo humorístico argentino en su sitio web.

El diario El País de España calificó a este hijo de inmigrantes judíos polacos como un “genio de las palabras” en español. Marco era uno de los principales guionistas de la agrupación que entremezcla el humor con la música perfecta.

“El humor siempre lo acompañaba y con su voz seria podía hacer las reflexiones más graciosas sin perder la compostura. Como esa vez que interrumpió una ponencia en el Congreso Internacional de la Lengua con esta reflexión: ‘La expresión me importa un bledo no tiene igual. ¿Alguien sabe lo que es un bledo? Algún día un ejército de bledos se lanzará sobre los hispanohablantes para vengarse de tantos siglos de ninguneo”, publicó por su parte el sitio argentino Infobae.

Incluso, haciendo gala de su excelente humor sin perder esa compostura pidió cambiar la expresión “donde manda capitán no manda marinero” por “el más explícito ‘donde manda capitán hay que ir’.

¿Quién era Marcos?

Esto dice la biografía publicada por la agrupación.

Cuando en 1961 leyó en público por primera vez la biografía de Mastropiero -un personaje que había creado para entretener a amigos y conocidos del coro de la facultad de Ingeniería- Mundstock no sospechaba que estaba iniciando un ritual que se repetiría durante más de cincuenta años en los escenarios de 14 países.

Había llegado a Buenos Aires a los siete años desde Santa Fe, ciudad en la que sus padres, inmigrantes de la Galitzia polaca, se habían establecido. “Mis padres hablaban en yidish y yo fui varios años a un colegio yidish, el I. L. Peretz de la calle Boulogne Sur Mer. Allí, aparte de las clases, tuve varias hermosas experiencias como actor infantil”.

Al terminar el colegio secundario en Buenos Aires, comenzó la carrera de Ingeniería (que abandonaría en tercer año) y estudió locución en el Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER). Simultáneamente, ingresó al coro de Ingeniería, donde conoció a Gerardo Masana y los futuros integrantes de Les Luthiers. 

Luego de obtener su carnet de locutor, trabajó un tiempo en Radio Municipal. Tras el golpe militar de Onganía en 1966, se quedó sin trabajo. Al cobrar los meses que le adeudaban, se compró un piano y comenzó a tomar clases.

Poco después descubrió que no tenía la constancia y la paciencia necesarias para el piano. Decidió entonces seguir sólo con sus clases de canto.

El 2 de octubre de 1967, día del debut de Les Luthiers, se dio el gusto de imitar a los cantantes líricos que había admirado de chico al intepretar una versión libre de Mattinata, de Leoncavallo. De allí en más, intervendría en las parodias operísticas del conjunto.

En Les Luthiers pudo canalizar también su vocación por la escritura y el humor. Durante los primeros años del grupo escribió casi íntegramente los libretos de los espectáculos, y hasta el día de hoy las letras de muchas canciones y las historias de Johann Sebastian Mastropiero.

Como instrumentista ha tocado el gom-horn, una especie de trompeta hecha con una manguera y un embudo que intervino en varias obras musicales de Les Luthiers y en el hilarante y absurdo Recitado Gauchesco. En los años 90 incursionó en televisión y en cine.

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