Desde la columna

El desarrollo de la empatía y la vida buena

por Berlioth Herrera
Observador CR

Profesor Rodrigo Sánchez/ Lead University

Hemos escuchado que la empatía es ponerse en los zapatos de los demás, para procurar entender por qué la persona dice y hace, es procurar entender los sentimientos de los demás. Sin embargo, no debemos confundirnos, no es ponerse los zapatos de los demás, no es intentar vivir y resolver lo que la otra persona está sintiendo y/o pensando, ese nivel de involucramiento no debemos hacerlo, ya que no es nuestra vida, tampoco se juzga, solo se trata de entender por qué lo dice o lo hace.

La empatía se puede desarrollar, es producto del accionar de las neuronas espejo, son un tipo de neuronas que se activan cuando la persona realiza una acción y también cuando observa una acción similar hecha por otra persona.

Hay diversos estudios que han planteado la hipótesis de que las neuronas espejo son las encargadas de producir la empatía. Cuando una persona imita es porque asocia y hace corresponder la conducta de otros con la suya, así como una correspondencia con los sentimientos que expresa la otra persona.

Hoy la neurociencia es muy clara en afirmar que si este aprendizaje inicia con los niños, donde es factor clave, la imitación de lo que hacen sus padres y allegados en su zona de influencia, de seguro tendremos mejores seres humanos, ya que desde tempranas edades lograrán entender las motivaciones que llevan a otros niños a actuar de la forma que lo hacen, esto trae múltiples beneficios para los niños y para la sociedad en general, se puede aprender a ser empático ojalá desde la niñez; pero igualmente los adultos también podemos aprenderlo.

La empatía facilita la disposición social, inhibe la agresividad y facilita el desarrollo moral de las personas. La empatía ayuda a reducir la agresividad y la susceptibilidad.

Algunas recomendaciones para su desarrollo:

Consejos para desarrollar la empatía:

Habilidades que ayudan a desarrollar la empatía:

Algunos ejemplos de empatía:

Es una virtud a desarrollar, es parte de la naturaleza del ser humano, ser empático. Cuando logramos desarrollarla, vamos a sentir cómo nuestra interrelación con los demás mejora sustancialmente, ya que al entender a los otros y no juzgarlos, nos hace ser ante ellos, una mejor persona, más confiable, actuaremos con menos agresividad y en lo personal sentiremos una gratificación más duradera, lo que nos depara sin lugar a dudas una vida buena.

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