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El drama de dos ticos varados en la Amazonía peruana a causa del coronavirus

Noventa y tres (93) costarricenses que se encontraban en Lima y Cuzco lograron volver al país la semana anterior, pero…

Por Tomás Gómez

Tiempo de Lectura: 3 minutos
El drama de dos ticos varados en la Amazonía peruana a causa del coronavirus
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Noventa y tres (93) costarricenses que se encontraban en Lima y Cuzco lograron volver al país la semana anterior, pero en los rincones menos accesibles quedaron otros a los que el cierre de fronteras, los toques de queda y las limitaciones para viajar les complican la posibilidad de volver a casa.

En la ciudad de Iquitos, localizada en la región del río Amazonas, por ejemplo, permanecen Carol Blanco y Rándall Jiménez, quienes llegaron para una labor social de seis semanas y que ahora enfrentan la incertidumbre de cómo saldrán de ahí.

Las complicaciones para conseguir insumos de protección y buscar opciones de transporte que los lleven por lo menos a la capital peruana, los ticos no las enfrentan solos: Carol tiene 15 semanas de embarazo.

Los ticos sobrellevan las complicaciones de su viaje truncado con la espera de su primer hijo (Cortesía)

En medio de la nada

El viaje de Carol y Rándall estaba programado desde octubre del año anterior y arrancó con normalidad.

Tras asistir a un congreso en Santiago de Chile la pareja llegó a Perú el 18 de febrero y arrancó su misión con normalidad de inmediato, hasta que la alerta por la propagación de COVID-19 se comenzó a extender y el gobierno de ese país limitó los viajes fuera y dentro del territorio.

“El domingo 15 de marzo a las 8:00 de la noche el presidente anuncia el cierre forzoso de fronteras dando solamente 24 horas para que las personas se movilicen a sus hogares. Ese domingo hicimos maletas y desde la media noche estuvimos en el aeropuerto buscando un vuelo para trasladarnos a Lima”, narra Blanco.

Las opciones para llegar a la capital desde el punto donde ellos se encuentran son, o un vuelo de dos horas, o un viaje de cinco días en barco, las cuales no fueron posibles pues las aerolíneas cerraron operaciones.

La ciudad de Iquitos se localiza las orillas del Amazonas y aunque tiene el desarrollo suficiente, sigue siendo uno de los puntos más inaccesibles de Perú (Wikicommons)

Vivir con el toque de queda

Trasladarse dentro de Perú es una misión compleja e incluso moverse en las ciudades está difícil.

A las 5:00 de la tarde arranca un toque de queda general, pero algunos de los negocios siguen funcionando, por lo que hay que arriesgarse para conseguir ciertos productos.

Las limitaciones al tránsito otorgan algunos días para que los hombres salgan a la calle y en otros sean las mujeres. Así fue como a Carol le tocó salir a la calle a buscar mascarillas:

 

 

¿Cuándo volverán a casa?

Con la partida del vuelo de rescate el jueves anterior las opciones de los costarricenses por salir de la remota Iquitos están más alejadas.

Contar con esa opción de viaje hubiera facilitado alguna ayuda de la Fuerza Aérea Peruana, que los pudo haber trasladado a la capital para tomar el vuelo, una opción que la pareja reclama no se activó a tiempo por parte de las autoridades diplomáticas.

“El coronel de la Fuerza Aérea nos acaba de decir que ellos en ningún momento recibieron una llamada o información por parte de la embajada de Costa Rica, esto realmente molesta bastante”, narró Blanco.

El Observador consultó por el caso al Ministerio de Relaciones Exteriores donde alegaron que se ha dado seguimiento al caso pero que las opciones se limitan por factores como la inaccesibilidad de la ciudad.

“El Consulado sigue en comunicación y atentos a explorar opciones de repatriación que se hacen difíciles por las restricciones de movilidad de los gobiernos y por la escasa conectividad aérea”, manifestó la institución.

Mientras tanto, hasta los familiares de la pareja en Costa Rica buscan ayuda del ejército peruano para volver a ver a sus familiares y recibir acá al bebé que está en camino: