Hermes Solano
Se metió de último a la fiesta grande, con muchas dudas por su juego y todos lo vieron eliminado en las semifinales, hasta los mismos saprissistas.
Pero este miércoles Saprissa alcanzó la gloria. Los morados se proclamaron campeones nacionales y alcanzaron el título 36 en la historia, para consolidarse como el club más ganador del país.
En el olvido están ya los malos momentos, la salida de Paté Centeno y Roy Myers, la goleada de 0 a 5 en el clásico de fase regular o meterse a semifinales con derrota y gracias a otros resultados.
También el raquítico 50% de rendimiento, así como las dudas sobre la falta de compromiso de los jugadores de más experiencia y sobre los jóvenes que no estaban dando la talla.
Hoy Saprissa es fiesta, celebración… Los morados se proclamaron monarcas y su bandera ondeará nuevamente en todos los estadios de la máxima categoría.
La victoria de 1 a 0 en el Colleya Fonseca terminó de redondear lo hecho en el partido de ida.
Herediano lo intentó, pero no tuvo claridad y al igual que en el torneo anterior, le tocó conformarse con el subcampeonato y ver a su rival levantando la copa.
Cereza al pastel
Como en la semifinal, cuando el rival necesitaba solo un gol para ponerse en ventaja en la serie, los morados supieron golpear primero y aumentar la ventaja en el global.
Herediano quería hacerse dueño del juego, tomó la pelota y buscó como penetrar la defensa morada, pero no tuvo éxito.
El cuadro morado, por su parte, fue eficiente y además contundente, porque en la primera llegada que generó con verdadero peligro mandó el balón al fondo de las redes.
Iban 12 minutos de partido cuando una triangulación entre Jimmy Marín, Daniel Colindres y Ariel Rodríguez dejó a este último frente al arco y cara a cara con Minor Álvarez.
El morado sacó un disparo cruzado y abajo para poner el 1 a 0 y en 4 a 2 en el global.
Con ese panorama, si los florenses querían ser campeones, necesitaban mínimo dos anotaciones.
Pero más bien el Monstruo tomó confianza y tuvo para sentenciar y celebrar el título muy temprano en el partido. Primero en una gran acción que dejó a Mariano Torres con el marco abierto, pero en su remate se interpuso Suhander Zúñiga para desviar el balón.
Cruz figura
Herediano reaccionó al dominio saprissista y volvió a tomar el control, pero se topó con un bloque defensivo fuerte que le impidió hacer daño.
Los morados se pararon firmes atrás y obligaron a su rival a tirar centros una y otra vez que no encontraron destinatario en el área.
A pesar de la obligación que tenían encima y de la urgencia por llegar al gol, Herediano tuvo su primera opción clara al minuto 41’ en doble remate dentro del área de Gerson Torres y Yendrick Ruiz que tapó en gran forma Aaron Cruz.
El arquero morado se vistió de figura en la fase final del certamen; en la semifinal ante Alajuelense tapó 2 penales y tuvo intervenciones importantes, lo mismo que en esta final.
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Aguantar y celebrar
El complemento fue un monólogo de Herediano atacando y Saprissa defendiendo. Los morados no perdieron nunca el bloque y el conjunto florense no encontró las respuestas para superarlo.
Los morados aguantaban la ventaja y ya no les interesó buscar el área contraria. Fueron muy pocas las veces que Minor Álvarez apareció en el complemento.
Luis Marín mandó al campo a casi todos sus delanteros, pero en el mediocampo no hubo generación de juego. Otra vez abusaron de los centros, pero principalmente porque no había espacios por donde intentar hacer daño.
El reloj se convirtió en otro enemigo florense y en un aliado de los saprissistas, que vieron como Adrián Chinchilla levantó sus brazos y señaló el final para dar rienda suelta a su alegría.
Adiós a las dudas y los malos ratos. Bienvenida la corona; una nueva estrella bordada en la historia del Saprissa.
Ariel Rodríguez metió el gol de la victoria morada.
