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Emprendimientos sin pasión: fórmula para el fracaso

Carlos Peña para El Observador Hace unos días tuve una sesión de análisis de emprendimiento con una joven que me…

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Emprendimientos sin pasión: fórmula para el fracaso
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Carlos Peña para El Observador

Hace unos días tuve una sesión de análisis de emprendimiento con una joven que me puso a reflexionar bastante de la importancia de emprender en áreas y actividades que realmente despierten pasión por lo que se produce.

En la entrevista inicial con esta emprendedora le pregunté el porqué de su emprendimiento y simplemente me contestó que era un medio para generar ingresos.

Emprender por necesidad está bien. De hecho, creo que la mayoría -incluido yo- lo hemos hecho de esa forma; pero no es lo mismo emprender porque tengo que hacerlo a emprender en algo que no me apasione.

Muchos autoempleados (emprendedores que generan ingresos únicamente cuando están ejecutando esa actividad, por ejemplo, el pulpero que si sale del puesto de la tienda hay que cerrarla porque nadie más lo puede atender) son usualmente las personas que pecan en caer en esta forma de emprender. Generan una actividad cualquiera que en pocos meses va a cerrar.

Cuando uno emprende en una actividad que no apasiona sucede lo siguiente:

  1. No hay sacrificios personales
  2. No hay inversión
  3. No hay interés en apresurar el proceso productivo y de ventas
  4. No se buscan asociaciones claves

Es mi típica recomendación que para analizar si una actividad verdaderamente vale la pena hacerse estas preguntas:

  1. ¿Trabajaría en esto un sábado por la noche?
  2. ¿Estaría dispuesto a dejar pasar un paseo familiar o de pareja para dedicarme a producir?
  3. ¿Le invertiría al menos 6 meses de mis ingresos inicialmente a este proyecto?

Si alguna de las preguntas anteriores es negativa entonces no vale la pena emprender en esta actividad, hay que buscar otra.

Muchos millenials y centenials cometen el error de creer que pueden “perseguir sus sueños” por medio del emprendimiento y se autoengañan creyendo que por ser ellos ya son especiales y el mercado debería de comprarles. Así, hacen emprendimientos enfocados en sus gustos y no en las necesidades del cliente.

Lo cierto es que emprender no siempre es tan romántico como lo pintan las películas o series de televisión. Conlleva un sacrificio físico y mental tal que llega muchas veces a doler.

La verdad es que quienes son exitosos emprendiendo son personas que detrás de sus historias hay dolor, sacrificio, reclamos familiares, navidades grises y muchas anécdotas de errores.

Es por ello que insto a cada quien a buscar su camino pero usando la cabeza, buscando algo que les permita desarrollarse y que sea tan interesante para ustedes que le permita dedicarle 12 o 20 horas diarios (no es broma) con el fin de conseguir el éxito empresarial.