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En día de otra derrota, se cumplen 25 años de la página más dorada del Cartaginés: campeones de Concacaf

Hoy el Club Sport Cartaginés volvió a caer estrepitosamente en el Torneo de Clausura 2020. Tras la derrota 2-1 ante…

Por David Víquez

Tiempo de Lectura: 2 minutos
En día de otra derrota, se cumplen 25 años de la página más dorada del Cartaginés: campeones de Concacaf
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Hoy el Club Sport Cartaginés volvió a caer estrepitosamente en el Torneo de Clausura 2020. Tras la derrota 2-1 ante Jicaral, los brumosos caen al noveno lugar del certamen.

Pero mientras el cuadro de Hernán Medford no levantan cabeza (ya varios años así), los más nostálgicos y románticos recuerdan el momento más glorioso en la historia del centenario del fútbol costarricense.

Fue un 5 de febrero de 1995, cuando el Cartaginés levantó el que quizá sea el galardón más importante en sus vitrinas: el campeonato de Concacaf.

Los brumosos levantaron el trofeo tras vencer 3 goles por 2 al Atlante mexicano, en un emocionante partido realizado en California, Estados Unidos. Se dejaron el triunfo con dos goles de Heriberto “El Chimi” Quirós y uno de Marco Tulio Hidalgo al minuto 70, de penal.

El once brumoso llegó a la competencia regional luego del subcampeonato logrado en el torneo nacional 94-95, donde cayeron frente al Club Sport Herediano.

En el primer encuentro del certamen regional, se vieron las caras contra el conjunto Comunicaciones de Guatemala, iniciando con el pie izquierdo. Derrota 2 por 0 en tierras chapinas. Sin embargo, los blanquiazules revirtieron el marcador y se impusieron 4-0 en casa.

El siguiente rival fue el Petrotela de Honduras, serie que se definió tras tanda de penales en favor de los costarricenses, resultado que los llevó a las semifinales contra el US Robert de Martinica.

Semifinales y finales

Marvin Solórzano alzó el cetro de campeones. (Concacaf)

Ya en etapa de semifinales, los brumosos jugaron un gran partido, dominaron plenamente el juego. Pero el gol no llegó en el tiempo regular y tras los 90 minutos, el empate obligó a los lanzamientos de penal.

Nuevamente, los dirigidos por Flavio Ortega avanzaron a la gran final contra el favorito; el Atlante de México, cuyo director técnico era nada más y nada menos que Ricardo Lavolpe.

La planilla del cuadro mexicano era destacada en todas su líneas y las apuestas apuntaban al club azteca sin apelaciones, donde además figuraba el histórico delantero Hugo Sánchez, quien vivía sus últimos días como jugador, pero aún mostraba el nivel suficiente para la competencia.

El esperado juego de la final inició, y sorprendentemente los cartagineses se adelantaron en el marcador tras despliegues en velocidad de un joven Heriberto Quirós, con definiciones impecables que pusieron los cartones 2 por 0.

En una jugada discutible, el árbitro del encuentro repartió tarjetas rojas, una para cada equipo y para mala fortuna de los brumosos, el expulsado fue el anotador de los goles, Chimi Quirós.

Los aztecas adelantaron filas y rápidamente empataron el juego. Las dudas caían sobre el cuadro tico y presagiaban un mal término. Pero de nuevo, los pronósticos se equivocaron…

Tras una veloz entrada al área de Norman “El Pin” Gómez en el 70, el árbitro señaló penal. La responsabilidad de ponerse adelante nuevamente en el marcador cayó en hombros de un experimentado. Marco Tulio Salazar colocó el balón dentro de las redes y todo fue festejo y alegría para Cartaginés.

Lo que al inicio parecía un imposible, se transformó en una realidad, la más brillante del club hasta la fecha; aun hoy, 25 años después, cuando ahora hay angustias en el “Fello” Meza.