Avenida O

En la salud mental el género importa

Katherine Arce para El Observador ¿Alguna vez se ha preguntado la relación que tiene la salud con el ser hombre…

Por Desde la Columna

Tiempo de Lectura: 2 minutos
En la salud mental el género importa
Facebook Twitter Whatsapp Telegram

Katherine Arce para El Observador

¿Alguna vez se ha preguntado la relación que tiene la salud con el ser hombre o el ser mujer?

El Día Mundial de la Salud Mental fue conmemorado el pasado 10 de octubre, con la intención de sensibilizar sobre los diversos padecimientos emocionales y desmitificar algunas creencias equivocadas en relación con estos.

Los padecimientos mentales y emocionales no responden solamente a factores biológicos y genéticos, sino también a construcciones sociales y culturales que influyen enormemente en cómo las personas viven, enferman y mueren.

Lo que se aprende desde el género

La forma en que aprendemos a ser hombres y mujeres, los roles que nos refuerzan a asumir, y las formas en las que nos enseñan a relacionarnos son aprendidas en gran medida en función de nuestro género. 

No es casualidad que condiciones como la depresión tienden a presentarse más en mujeres, tomando en cuenta que desde niñas es a nosotras a quienes nos promueven la expresión de la tristeza, el llanto, la angustia y el miedo.

Caso contrario nos ocurre con la expresión del enojo y la ira, pues podemos ser tildadas de problemáticas, conflictivas e histéricas.

Claro está, dichos mandatos de género no solo nos afectan a nosotras y a nuestra salud mental, sino también a los hombres. Los índices de suicidios consumados, trastornos relacionados con el consumo de sustancias y conductas antisociales son mucho más altos en estos grupos de la población.

Reflejando ello, la carencia de inteligencia emocional, como resultado de una crianza social y cultural que no les promueve la identificación y gestión adecuada de sus emociones.

Ante este escenario, es fundamental que empecemos a dejar de pensar en la salud mental como un tabú; yaprender a cuidar de nuestra mente como cuidamos de nuestro cuerpo.

Necesitamos empezar a cuestionarnos los roles estereotipados de género que hemos aprendido, pues se convierten en encierros que nos incapacitan a vivir con plenitud.

Necesitamos entender que está bien pedir ayuda, tener días malos, hablar de las cosas que nos duelen… pues es allí, en el hablar, que comienza la sanación.  

Katherine Arce es licenciada en psicología y especialista en género.