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Entre cloro, tecnología e incertidumbre: así enfrentan ticos en China la crisis del coronavirus

En Wuhan, el epicentro de la crisis del coronavirus, la emergencia se vive en medio de una estricta vigilancia, químicos,…

Por Tomás Gómez

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Entre cloro, tecnología e incertidumbre: así enfrentan ticos en China la crisis del coronavirus
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En Wuhan, el epicentro de la crisis del coronavirus, la emergencia se vive en medio de una estricta vigilancia, químicos, tecnología y escasés de provisiones.

Así lo narra Belisa Torres, una costarricense que llegó a esa ciudad china para cursar una maestría en Comercio Internacional en la Huazhong University of Science and Technology (HUST).

“Sabíamos que era una situación que había que tomarse en serio pero no esperábamos que fuera a ser para tanto”, cuenta desde el apartamento donde está casi recluida desde hace días y de donde sale una vez por semana para comprar comida y agua, las cuales se están haciendo difíciles de conseguir.

Una visita al supermercado en Wuhan está marcada por personas con mascarillas y personal con equipos de protección más complejos (Belisa Torres)

La vida cotidiana no es igual

El dinamismo de una ciudad con 12 millones de habitantes se fue apagando conforme se propagó una especie de gripe sobre la que no existían antecedentes.

Como parte de las medidas por contener el virus -al que la Organización Mundial de la Salud bautizó como “COVID-19”-, el gobierno chino estableció una cuarentena que prohibió las entradas a la urbe y congeló el sistema de transporte público.

Las medidas se van actualizando cada 14 días y en medio de la incertidumbre se ha generado un miedo al desabastecimiento, por lo que los habitantes han incrementado sus compras y acelerado el agotamiento de inventarios.

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Según la estudiante costarricense, las aglomeraciones fueron desapareciendo y ahora las autoridades advierten hasta por medio de drones cuando hay grupos de personas conversando.

Aunque está permitido salir a la calle y desarrollar algunas de las actividades tradicionales, los propios habitantes ha optado por permanecer en sus casas

“Lo menos que queremos es estar en lugares donde haya mucha gente”, explica Torres.

Wuhan ha cambiado incluso de olor y ahora en el aire se perciben todos los productos de limpieza, lo que también podrían generar afectaciones en la piel y la vista.

Poder tecnológico

En la narración de Belisa Torres sobre la crisis que está enfrentando destacan las referencias a la tecnología.

Los celulares se han convertido en la principal herramienta de supervivencia y mediante aplicaciones se compra la comida, se recibe información y se reporta el estado de salud.

Además, algunos hospitales y hoteles donde se encuentran personas en cuarentena el uso de robots para tareas tan simples como la distribución de comida han permitido no exponer a más personas a posibles contagios.

En el lado negativo, sin embargo, la costarricense cuenta que la posibilidad de mapear geográficamente los casos aumenta la incertidumbre pues no se sabe si alguno de los vecinos puede estar contagiado.

“En algunos edificios ponen carteles de que ahí murió alguien o por lo menos hay contagios”, comentó.

¿Volver a casa?

La atención diplomática dada por la embajada costarricense en China ha estado bajo la lupa en medio la crisis.

Aunque el canciller Rodolfo Solano se separó de las críticas y dijo que se trabaja en la repatriación, Belisa insiste en que se perdió tiempo valioso para atender su caso.

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Salir de Wuhan ahora solo es posible vía aérea y con las limitaciones que la crisis sanitaria demanda.

Mientras la Casa Amarilla explica que un procedimiento de este tipo puede tardar varias semanas, la costarricense ve como amigos croatas, mexicanos y peruanos si han logrado ser rescatados por sus Gobiernos y aunque están en cuarentena, ya están más cerca de casa.